por George Sidney Hurd
-- ¿Es Satanás un enemigo personal y real que debemos reconocer y resistir, o es nada más que una representación figurativa de todo lo malo? ¿Son reales los que son llamados sus ángeles? (Apo 12:9). ¿Qué de los demonios? ¿Son espíritus malévolos reales que buscan poseer a individuos, o nada más que maneras primitivas de entender trastornos mentales y físicos? Si de hecho Satanás y sus huestes son enemigos personales y reales en oposición del reino de Dios y de las almas de los hombres, buscando destruirnos como un león asecha a su presa, entonces su mejor estrategia sería operar incógnita sin ser identificado y percibido (1Pedro 5:8). Si no puede lograr que lo adoremos, procura lograr que ignoremos su existencia por completo. La negación de la existencia del Diablo y de sus ángeles no es algo nuevo, aunque está en aumento entre el élite intelectual y Liberal en las culturas occidentales. Jesús Mismo fue desafiado por los Saduceos que igualmente negaban la existencia de seres espirituales reales como los espíritus y ángeles (Hch 23:8). Ellos lo retaban acerca de la resurrección que también negaban. Pero en Su respuesta, Jesús también les enfrentó acerca de su negación de la existencia de los ángeles, diciendo que en la resurrección seremos como los ángeles, así afirmando la existencia real de los seres angélicos. Él les dijo: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. 30 Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” (Mt 22:29-30) Jesús aquí no solo confronta su error de negar la resurrección, sino que también su negación de la existencia de espíritus y ángeles. Él atribuyó su error a su ignorancia de las Escrituras. Lo mismo se puede decir de aquellos hoy en día que niegan la realidad de la existencia de ellos, dado que las Escrituras los describe de una manera tan clara que negar su existencia equivale negar también las mismas Escrituras. De hecho, jamás he conocido a alguien que negaba su existencia que tenga el mismo aprecia para las Escrituras que Jesús demostraba. En las Escrituras se refiere a Satanás utilizando varios títulos descriptivos. En Apocalipsis 12 la mayoría de ellos son mencionados junto con una referencia a una tercera de los ángeles que le siguieron en su rebelión: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama (el) diablo (ho diábolos) y (el) Satanás (ho satanás), el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” (Apo 12:7-9, cf. v.4) Este pasaje por sí solo refuta la alegación de que Satanás y sus ángeles no son seres personales. Se refiere a ellos utilizando los pronombres personales ellos, sus y él (autou). Esto en sí establece que son seres reales. Él que es llamado el gran dragón, la serpiente antigua, el Diablo y el Satanás es presentado como una persona real. Algunos argumentan que el “Diablo” y “Satanás” no son nombres propios dado que son sustantivos descriptivos – el diablo significando “acusador o calumniador” y “satanás” significando “adversario u oponente.” Sin embargo, la mayoría de los nombres de individuos en la Biblia son nombres descriptivos, como se puede ver consultando cualquier diccionario de la Biblia. Cuando estos sustantivos descriptivos son empleados para describir este individuo junto con el artículo definido y los pronombres ellos llegan a ser nombres propios. No se refiere a cualquier adversario o acusador, sino al Diablo o el Satanás mismo. Así como hay muchos anticristos, pero solo un Anticristo, hay muchos acusadores, pero solo un Diablo. También Satanás tiene numerosos atributos y lleva a cabo diversas actividades que solamente son aplicables a una persona. Satanás vino a la presencia de Señor y salió de allí (Job 1:6,12). El Señor habla con Satanás y Satanás le responde (Job 1:7). Él tienta (Marcos 1:13). Él roba (Marcos 4:15). Él engaña (Apo 12:9). Él mienta (Juan 8:44). Él peca (1Juan 3:8). Él le pide permiso a Dios para probarnos (Lucas 22:31). Él nos oprime (Hch 10:38). Él se maquina en nuestra contra (Ef 6:11). Él procura sacar ventaja de nosotros (2Cor 2:11). Él nos tiende trampas para enlazarnos (1Tim 3:7; 2Tim 2:26). Él se transforma en ángel de luz (2Cor 11:14). Él envía a sus mensajeros para abofetearnos (2Cor 12:7). Nos estorba (1Tes 2:18). Él huye de nosotros si nos sometemos a Dios y lo resistamos (Stg 4:7). La lista podría seguir, describiendo los actividades y atributos de Satanás que solamente son aplicables a una persona real. Él es llamado “el dios de esta época” (2Cor 4:4), y “el príncipe del poder de los aires” (Ef 2:2). Adicionalmente, el Apóstol Juan dice que “el mundo entero está bajo el maligno.” (1Juan 5:19). Solamente un ser inteligente podría ser descrito de esa manera. Al creer en Jesús y ser nacidos de nuevo se dice de nosotros que Dios “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.” (Col 1:13). Jesús hizo referencia a Satanás al menos 13 veces en los Evangelios y cada vez Él se refería a él como una persona. Cuando fue tentado por el Diablo en el desierto Satanás le citó de las Escrituras y Jesús le respondía con las Escrituras, diciendo, “escrito está…” Finalmente, Jesús le dijo, “Apártate de mí Satanás,” y el Diablo lo dejó. ¡Imagine las implicaciones si Jesús no estuviera conversando con una persona real! Personas cuerdas solamente hablan con personas reales, no personas imaginarias ni voces en su cabeza. ¡Un autor fue tan lejos como decir que Jesús estaba siendo tentado en el desierto por la mala influencia habitando en Su mente! Sin embargo, Jesús estaba totalmente libre del pecado y antes de ir a la cruz Él podría decir, “viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.” (Juan 14:30). Claramente Jesús fue tentado por una persona real externo de Sí Mismo y esa persona se llama el Tentador, Satanás y el Diablo. Los Liberales Deconstructores han hecho muchos esfuerzos para evitar la conclusión obvia que Satanás es un adversario personal y real, utilizando maniobras lógicas y alterando el significado obvio de palabras, pero lo hacen a riesgo de su propia perdición y, más importante, la perdición de los que le presten oído. Esto no es un problema nuevo dentro de la Iglesia. Tales maestros son el motivo por lo cual Pablo le dijo a Timoteo: “Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. 15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.” (2Tim 2:14-18) Bajo el pretexto de estar adaptando a la cultura contemporáneo y quitando el tropiezo del evangelio, terminan trastornando la fe de muchos. Han abandonado las Escrituras – la fe una vez dada a los santos, solamente reteniendo los textos de las Escrituras que se encajan en su teología reconstruida diseñada para acomodar a los valores y normas de la sociedad postmoderna (1Tim 4:1; Judas 1:3-4). Es hora de que la Iglesia se despierte y sea sobria. Satanás no es simplemente una invención de nuestra imaginación. Tampoco ha sido atado en el abismo, como muchos están diciendo hoy en día. Pedro dice que él anda como león rugiente buscando a quién devorar (1Pedro 5:8-9, cf. Ef 6:11-13). Aunque es tema de otro blog, los malos espíritus o demonios también son seres espirituales reales que operan bajo el mando de Satanás. No son nada más personificaciones primitivas de adicciones y enfermedades como algunos afirman. Jesús hablaba con ellos y ellos le respondían (Marcos 5:8-10). Ellos le reconocían a Jesús como Señor (Marcos 1:23-24). Cuando Jesús les echaba fuera, las personas fueron liberados y sanados inmediatamente. Jesús también nos comisionó a predicar el evangelio diciendo: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” (Marcos 16:17-18) Simples adicciones o enfermedades no pueden ser echado fuera de una persona dejándola libre – solamente los demonios o espíritus inmundos pueden ser echados fuera. Y su liberación es inmediata en vez de un proceso largo de terapia. No puedo evitar preguntarme cómo uno puede estar realmente activo en el ministerio, orando por los enfermos y oprimidos sin que se manifiesten demonios requiriendo expulsión en el nombre de Jesús. Animo a aquellos que no creen que los demonios son seres reales a meterse de lleno en proclamar el evangelio a los perdidos, orando por los enfermos y oprimidos con fe, creyendo que Dios los hará libres. No tardarían mucho en descubrir que los demonios son muy reales.
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