por George Sidney Hurd
-- Hay muchas especulaciones acerca de la identidad de los 144.000 mencionados en Apocalipsis 7. ¿Son de la Iglesia o son un remanente de los judíos? ¿Habrá literalmente 144.000 sellados, o tiene ese número un significado oculto? Es mi convicción que la confusión es el resultado de ignorar indicadores claros dentro del pasaje mismo, de la misma manera como vimos los indicadores dentro del señal de la mujer y el hijo-varón en Apocalipsis 12, revelando sus identidades. Exégesis sana siempre deriva el significado del texto mismo, en vez de introducir otro entendimiento al texto. Lo siguiente es un fragmento de mi libro: Enfocando en los Eventos Finales, donde identifico la identidad de los 144.000 del mismo texto. En Apocalipsis capitulo siete hay mención de 144.000 siervos de Dios de las doce tribus de Israel que son sellados. Hay dos interpretaciones principales acerca de su identidad. La primera es de los que dicen que debemos de entender a los 144.000 simbólicamente como representando a los santos de la Iglesia. La segunda dice que está refiriéndose a 144.000 Israelitas – 12.000 de cada una de las doce tribus de Israel como nombradas en versículos 5 a 8 que serán sellados al fin de la época, justo antes de los juicios revelados en Apocalipsis contra los que moran en la tierra. Los argumentos presentados en defensa de una interpretación simbólica serán examinados primero antes de explicar su identidad según la interpretación literal. Argumentos en contra de la Interpretación Literal de los 144.000 1) Apocalipsis es un Libro Lleno de Simbolismo y No debe ser Interpretado Literalmente Dicen que los 144.000 deben ser entendidos como refiriéndose a una gran multitud y no debe ser tomado literalmente como un número específico. Defienden esta posición a pesar de los detalles específicos enfatizando que son 144.000 de los hijos de Israel, compuesto de 12.000 de cada una de las doce tribus mencionadas en los versículos 5 al 8. En realidad, el pasaje es muy específico en cuanto al número de los sellados. No es hasta los versículos 9, hasta el final del capítulo que vemos un número no específico de santos, lavados en la sangre del Cordero de todas las naciones que salen de la gran tribulación, distinguiéndolos de los 144.000 judíos que son sellados en los versículos 1 al 8. En el versículo 9 Juan dice: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar…” ¿Por qué daría tanta atención a detalle, especificando 144.000 individuos en un pasaje y después simplemente decir una gran multitud si los 144.000 también deben ser entendidos como un número no específico? La progresión más obvia del capítulo 7 es presentar primero los de un Israel literal que sobrevivirán la tribulación, y después la gran multitud de los santos de todas las naciones que también saldrán de la gran tribulación. Los mismos que no toman literalmente el número 144.000 usualmente tampoco toman literalmente el período de tres años y medio de la gran tribulación. Esto a pesar de las diversas maneras en que es expresado: “tres años y medio”, “un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo”, “cuarenta y dos meces”, y “mil doscientos días”. Es como si Dios, anticipando que los hombres iban a querer espiritualizar estos números, los hizo específico en todas las maneras posibles. Sin embargo, muchos persisten en verlos de una manera no específica para acomodarlos a sus interpretaciones. Un comentador hasta dice en referencia a los 144.000: “El número es demasiado exacto y artificial para suponer que es literal.” ¿De dónde viene la lógica que detalles específicos, en vez de términos generales, indican que no debemos de tomarlas literalmente? Claramente lo opuesto es verdad. En las profecías del Antiguo Testamento que ya han sido cumplidas podemos ver que fueron cumplidas literalmente. En Daniel los números son cumplidas literalmente. ¿Debemos anticipar algo diferente en Apocalipsis que complementa a Daniel? En Jeremías 29:10 fue revelado que el cautiverio duraría 70 años. ¿Entendió Daniel esta profecía de forma literal? Sí, y exactamente 70 años más tarde el cautiverio terminó como fue profetizado. Aunque le fue revelado en Daniel 9:24-27 que habría un cumplimiento secundario en 7 veces 70 años, la profecía primaria fue cumplida literalmente y la secundaria también está siendo cumplida literalmente. Aunque las Escrituras proféticas utilizan simbolismo, solo debemos de interpretar simbólicamente lo que es simbólico. Las Profecías literales no deben de ser interpretadas simbólicamente. Una regla de interpretación que debe ser tomada en cuenta es la siguiente: “Cuando el sentido literal de las Escrituras tiene sentido, no debemos de buscar otro sentido.” Las mismas personas arbitrariamente toman otros números en Apocalipsis en su sentido literal, tales como la Nueva Jerusalén con 12 fundamentos y 12 puertas, los 7 sellos, trompetas y copas, etc. Sin embargo, debemos pensar en números cuando Él comunica con números y no solo cuando encaja con nuestra interpretación. 2) Las 10 Tribus del Reino del Norte fueron Dispersas y Ya no Existen Se argumenta que las 10 tribus del Reino del Norte son tribus perdidas. Después del reinado de Salomón el reino de Israel fue dividido; las tribus de Judá y Benjamín quedaron en Judea bajo el reinado de Roboam, el hijo de Salomón, y las otras diez tribus formaron el reinado del norte bajo Jeroboam. El reino del norte abandonó la adoración del Dios verdadero y persistían en idolatría hasta ser entregados a los asiros alrededor de 722 a.C. Después eran dispersas entre las naciones y en su lugar, extranjeros fueron enviados a repoblar sus ciudades. Los que argumentan en contra de tomar a los 144.000 como literalmente teniendo referencia a las doce tribus de Israel dicen que fueron dispersos entre las naciones y perdidos para siempre y por esa razón no pueden ser los 144.000 de Apocalipsis. Sin embargo, Dios hizo una promesa irrevocable que ni la nación de Israel, ni Judá, que también fue llevado cautivo a Babilonia, serían perdidos eternamente: “Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán…. Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.” (Jeremías 30:3,11) “Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente. Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.” (Jeremías 31:35-37) En estos versículos y muchos otros, Dios promete incondicionalmente que no dejarían de ser el pueblo escogido de Dios, contrario a lo que dicen muchos. Además, promete que, sin importar qué tan perdidos aparenten ser, Él los volverá a juntar en su propia tierra y restaurará su reino en los postreros días: "y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos.” (Ezequiel 37:21-22) “De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente… y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.” (Ezequiel 38:8,16) “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.” (Oseas 3:4-5) En estos pasajes vemos claramente que, lejos de estar perdidos para siempre, tanto Israel como Judá estarán de regreso en Israel como una nación con un solo rey sobre ellos. La Iglesia primitiva no tenía problema con aceptar que todas las tribus de Israel serían selladas al final de la época. Todas las doce tribus estaban presentes e identificadas como tales en el tiempo en que el Nuevo Testamento fue escrito, más de 700 años después de la dispersión. En el día del Pentecostés vemos que judíos devotos de la dispersión, representando toda la casa de Israel, estaban presentes para la fiesta de la Pascua: “Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua…. Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis…. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” (Hechos 2:5,6, 22, 36) Aquí podemos ver que, en el día del Pentecostés, judíos representando a toda la casa de Israel estaban presentes en Jerusalén para la fiesta (el término “judíos” fue utilizado para referirse a los israelitas y no solamente los de Judá después del cautiverio babilónico). Pablo dando defensa ante el rey Agripa, afirma algo que era conocimiento común - había judíos devotos sirviéndole a Dios de todas las doce tribus en su tiempo: “promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos.” (Hechos 26:7) Santiago escribió su epístola a todas las doce tribus de la dispersión: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.” (Santiago 1:1) Aunque no todas las diez tribus volvieron a la tierra de Israel (eso será cumplido hasta el cabo de los años) definitivamente no se habían perdido eternamente ni habían sido enteramente absorbidos por las naciones. Además, los que aparentan estar perdidos, solo están perdidos para los hombres y no perdidos para Dios. El linaje judaico en tiempos bíblicos fue basado en el linaje del padre de la familia y no la madre. A través de las Escrituras vemos que un niño que tiene padre judío sigue siendo contado como judío aún si su madre no era judía. José se casó con una egipcia. Sin embargo, sus dos hijos llegaron a ser los patriarcas de las dos tribus de Efraín y Manasés. Moisés se casó con una Madianita. En la genealogía mesiánica de Mateo capítulo uno vemos que Rahab la ramera de Jericó fue la madre de Booz y sin embargo Booz siguió en el linaje de Judá. El, a su vez se casó con Rut, una Moabita. Entonces, aunque había gentiles en el linaje de Jesús, eso no lo excluyó de ser un descendiente legítimo de David de la tribu de Judá. Dios conoce la descendencia de cada judío y es plenamente capaz de distinguirlos y sellarlos. Hay millones de judíos devotos en el mundo hoy que saben que son judíos, pero no saben con certeza de qué tribu son. Algunos concluyen que son de la tribu de Leví porque sus apellidos son Levi o Cohen, pero aún eso no es conclusivo. Los archivos genealógicos solo pueden comprobar la descendencia por unas pocas generaciones para la mayoría. Israelitas han sido expulsados de muchas naciones, perseguidos, masacrados y obligados a abrazar el cristianismo o la fe musulmán, complicando aún más la identificación de su linaje (para una cronología mostrando como los judíos han sido hollados por los gentiles vea este vínculo. Es un milagro que han sobrevivido como un pueblo distinto a pesar de tantos intentos de eliminarlos. Muchos judíos hoy en día han continuado practicando la fe judía, aunque no saben de qué tribu son. Sea lo que sea Dios sabe su descendencia paterna y conoce a los que ha escogido para ser sellados de cada tribu al fin de la época. 3) El Hecho de que las Tribus no sean mencionadas de la Manera Usual Indica que No Debe ser Interpretado Literalmente Los que dicen que los 144.000 simbólicamente representan a la Iglesia, correctamente observan que las doce tribus no son mencionadas en su orden usual. La tribu de Dan es excluida, y en vez de mencionar a Efraín, él es reemplazado con el nombre de su padre José. También los levitas, que usualmente son excluidos de las listas de las tribus por su llamamiento sacerdotal, son incluidos aquí. De esto argumentan que no debemos de tomar la lista literalmente. De hecho, lo contrario es verdad. El hecho de que no sean mencionadas en su orden usual, comenzando con el mayor hasta el menor, y que tiene excluidas unas tribus, debe llamar la atención. ¿Por qué razón queda excluida Dan? ¿Por qué nombra a José en vez de a Efraím? ¿Por qué es incluida en esta lista la tribu de Leví? Estas diferencias deben de llamar nuestra atención. Debemos de preguntar por qué hubo estos cambios. La razón para la exclusión de Dan y Efraín está implicada en que Dan fue la primera de las tribus que abandonó a Dios para practicar la idolatría al entrar en la tierra de Canaán y nunca volvió a Dios. Efraín también le siguió en su idolatría y persistió en su idolatría hasta ser entregada a ella por Dios : “Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen de talla; y Jonatán hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan, hasta el día del cautiverio de la tierra (Jueces 18:30).” “Efraín es dado a ídolos; déjalo.” (Oseas 4:17) La idea expresada en estos dos textos es que ambas tribus rechazaron la adoración del verdadero Dios y persistían en su idolatría hasta que fueron entregadas a una mente reprobada. Jacob hasta implicó que Dan sería tropiezo para la nación de Israel cuando bendijo a sus hijos en Génesis 49: “Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete.” (Génesis 49:17) También es de ser anticipado que la tribu de Leví fuera incluida porque, aunque no recibían una herencia terrenal, siendo sacerdotes, el sello de Dios es para una herencia celestial de la cual son herederos y ministros. Entonces las diferencias en la lista de las tribus de la orden usual en realidad favorecen la conclusión de que debe de ser tomada de una forma literal. Un judío naturalmente preguntaría por qué dos de los nombres fueron excluidos de sus tribus, y conociendo la historia de idolatría en las tribus de Dan y Efraín, hubiesen entendido el mensaje que Dios quiso comunicarles por su exclusión. Como se ha demostrado, los argumentos para no aceptar a los 144.000 como refiriendo a 12.000 judíos literales de cada una de las tribus alistadas no tienen méritos bajo escrutinio cuidadoso. Israel no se ha perdido ni ha sido asimilado por las naciones. Además, Dios ha prometido que, aunque serán castigados por sus rebeliones e idolatrías, Él no los desechará para siempre, a pesar de lo que hacen. El Motivo para Sellar las Frentes de los 144.000 La razón de sellar a los 144.000 está implícita en los versículos 1 a 3: “Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.” (Apocalipsis 7:1-3) Los juicios descritos solamente en los sellos ocasionarán la muerte de al menos la cuarta parte de la población de la tierra (Apo 6:7-8), sin mencionar la pérdida de vidas en los demás eventos descritos en los juicios de las trompetas y copas. El sello de Dios en sus frentes es para protección de estos juicios y de la ira del dragón que intentará destruirlos al ser echado a la tierra. Esto podemos ver demostrado cuando a los demonios que ascienden del abismo no les es permitido hacer daño a los que tienen el sello de Dios en sus frentes (9:4). Esto es muy parecido a una visión que tuvo Ezequiel: “Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano, y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo.” (Ezequiel 9:3-6).” La Marca de Dios en Apocalipsis, Igual como en Ezequiel, es para la Protección de los Siervos de Dios Una transición en las visiones de Juan es a menudo introducida con las palabras “después de esto vi” “después de estas cosas vi” o simplemente “entonces vi”. Estas expresiones no son utilizadas para indicar visiones que siguen en orden cronológico a las anteriores, sino para indicar que lo que Juan ve en la nueva visión sigue a lo que vio en la anterior. A Juan le fue mostrado visiones repetidas de los mismos tres años y medio de la gran tribulación, dando diferentes detalles del mismo período de tiempo. No deben de ser entendidos como varios períodos de tres años y medio sino visiones repetidas del mismo período de tres años y medio mostrando diferentes detalles cada vez. La Recapitulación es una característica común del libro de Apocalipsis. Cuando dice “después de esto vi…” en 7:1 él no está diciendo, “después de que los siete sellos hayan eliminado más de una cuarta parte de la humanidad vi que los 144.000 fueron sellados para protegerlos para no ser dañados”, sino que vio en la próxima visión que los cuatro ángeles detenían los cuatro vientos de la tierra para no hacer daño hasta que los 144.000 hubieren sido sellados. La visión vuelve al momento precisamente antes de que los siete sellos que serán devastadores para los habitantes de la tierra, sean abiertos. Identidad de los 144.000 Una vez establecido que los 144.000 son 12.000 judíos de cada una de las doce tribus alistadas en Apocalipsis 7, la pregunta sigue: ¿Quiénes son? Son llamados siervos de Dios lo cual hace referencia a su devoción a Dios. Sin embargo, si fuesen santos de la Iglesia no sería necesario un sello distinto al que hemos recibido al creer en Jesucristo para salvación: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.” (Efesios 1:13) “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Efesios 4:30) “el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (2Corintios 1:22) Aunque el hombre no puede ver el sello de Dios los ángeles y demonios sí lo pueden ver. Ángeles, como espíritus ministradores proveen protección a los que tienen el sello de Dios y a los demonios no les es permitido tocarnos sin el permiso de Dios. Dios solo permite que Satanás nos aflija como sus hijos escogidos cuando es necesario para nuestra santificación. En el caso de uno de sus hijos que no juzgó el pecado en su vida, fue necesario que Dios le entregara “a Satanás para la destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1Coríntios 5:5). Dios disciplina a sus hijos para que no sean condenados con el mundo. Aún uno como Pedro que ama al Señor y anhela servirle de todo corazón tiene que ser quebrantado y despojado del yo, y para lograr esto Dios permite a Satanás zarandearnos como el trigo para que podemos aprender a confiar plenamente en Dios sin confianza alguna en la carne. Los judíos mesiánicos, de la misma manera que los creyentes entre los gentiles, son sellados por Dios para el día de la redención desde el momento que creen. Ya no son un pueblo distinto, sino que son miembros de la Iglesia juntos con los gentiles. Los santos de la Iglesia serán protegidos de la ira de Dios durante la tribulación, pero muchos también tendrán el privilegio de morir como mártires bajo la tiranía del Anticristo: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.” (Apocalipsis 14:12-13) Muchos cristianos que se niegan a recibir la marca o el nombre de la bestia en sus frentes morirán como mártires. Para ellos se dice que es un privilegio morir en el Señor. Sin embargo, no se podría decir lo mismo para judíos devotos que aún no han creído en Jesucristo como su Mesías y Salvador. Ellos tienen que ser preservados vivos hasta la Segunda Venida de Cristo cuando ellos serán salvos: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.” (Romanos 11:25-29) ¿Cómo se salva todo Israel? Por el Libertador que viene de Sion. Continuarán a través de la tribulación como judíos devotos, pero en incredulidad hasta que ven a su Libertador viniendo en las nubes del cielo. En ese momento serán salvos. “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zacarías 12:10) ¿Cuándo es que Dios derrama sobre la casa de Israel el espíritu de gracia y de oración? Cuando el Libertador viene de Sion. Entonces verán las heridas en sus manos y sus pies. Mirarán la herida en su costado y lamentarán – no por ellos mismos sino por Él a quien traspasaron. Será un tiempo de arrepentimiento profundo por aquellos 144.000 de Israel que sobrevivirán el holocausto más horrible jamás visto bajo el Anticristo que aparentemente resultará en la muerte de todos los judíos excepto los que fueron sellados para protección. Romanos 11:26 dice, “todo Israel será salvo” cuando el Libertador viene. En otras palabras, como resultado del holocausto que viene solo 144.000 judíos sellados serán salvos. Su protección contra el dragón y el Anticristo puede ser vista en Apocalipsis 12 donde la mujer, o Israel, es perseguido por Satanás después de dar a luz al hijo varón: “Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.” (Apocalipsis 12:13-17) En este pasaje vemos como el dragón persigue a la mujer, pero el Señor ayuda a la mujer manteniéndola fuera de su alcance. Los 144.000 no son solamente protegidos de la ira de Dios, al igual que los cristianos, sino que también son protegidos de la ira de Satanás, haciendo posible que sobrevivan hasta el tiempo en que entre la plenitud de los gentiles y el Libertador venga de Sion. En su frustración y furia, al ver que no puede tocar a la mujer, el dragón enfoca toda su ira hacia el resto de la descendencia de ella, los cristianos. Entonces vemos que los 144.000 son judíos no mesiánicos que son escogidos por Dios y sellados para sobrevivir el peor holocausto de la historia bajo el Anticristo y estar delante del Hijo de Dios en su Segunda Venida, creyendo en Él al ver las heridas en sus manos, sus pies y su costado. Es probable que ellos sean los únicos judíos que sobrevivirán a esa persecución, dado que la investigación genética ahora puede determinar linaje judío definitivamente sin necesidad de documentación comprobando su descendencia.
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