por George Sidney Hurd
Una respuesta al libro: “Desenmascarando el Universalismo” por James B. De Young (7 de 8) Por años estaba consciente de algunos textos que parecían hablar claramente de una restauración universal de todos, pero descontaba el Universalismo, dado que me habían enseñado que solo era una doctrina reciente de algunos Liberales. Como tengo un gran respeto para las Escrituras, eso era suficiente para impedir que considerara seriamente la posibilidad de que Jesús de hecho podría cumplir exitosamente Su misión a salvar el mundo entero. Sin embargo, conforme iba descubriendo un número creciente de pasajes que claramente aparentaban enseñar la salvación final de todos, estaba envalentonado a hacer una investigación seria afuera del cajón tradicional. Estaba maravillosamente sorprendido al descubrir que la mayoría de los Padres Griegos de la Iglesia Primitiva enseñaba la apocatástasis o la restauración universal de todos, hasta San Agustín en el siglo V. Cuando estaba en el seminario, estudié la historia de la Iglesia. En ese seminario ultraconservador, el historiador Philip Schaff era considerado como la última palabra en asuntos de la historia eclesiástica. Aunque dejaba en claro que él mismo no era un Universalista, él sin embargo afirma en términos inequívocos que la creencia en la restauración final de todos era la posición mayoritaria en la Iglesia Primitiva. Él dice: “En los primeros cinco o seis siglos del cristianismo, había seis escuelas teológicas reconocidas, de las cuales cuatro (Alejandría, Antioquía, Cesarea, y Edessa o Nisibis) eran universalistas, otra (Éfeso) aceptaba la inmortalidad condicional; y la de (Cartago o Roma) enseñó el castigo eterno de los impíos. Otras escuelas teológicas son mencionadas como siendo fundadas por universalistas, pero su doctrina precisa sobre este tema es desconocida.” [i] “Bajo la instrucción de estos grandes maestros (Clemente, Orígenes, Gregorio, y Teodoro de Mopsuestia), muchos otros teólogos creían en la salvación universal; y de hecho, la Iglesia del oriente estaba inclinada hacia ella hasta después de 500 d.C.” [ii] Es difícil para los Tradicionalistas descontar una autoridad de la historia de la Iglesia tan respetada. Él claramente concede que el Universalismo era la creencia prevaleciente durante ese tiempo. De hecho, si solamente la Iglesia romanizada de Cartago enseñaba los castigos eternos, entonces, ¿cómo podemos razonablemente insistir que la posición mayoritaria de aquel entonces era de tormentos eternos? J.W. Hanson, que hizo un estudio muy a fondo de los escritos de los Padres de la Iglesia Primitiva documentado en su libro intitulado, “Universalism The Prevailing Doctrine Of The Christian Church During Its First Five Hundred Years” (Universalismo La Doctrina Prevalente de la Iglesia Cristiana Durante Sus Primeros Quinientos Años), llega a la misma conclusión que Schaff. Él dice: “La escuela en el norte de África favorecía la doctrina del castigo eterno; la de Asia Menor, aniquilación. Los dos en Alejandría y Cesarea eran universalistas de la escuela de Orígenes; los de Antioquía y Edessa eran universalistas de la escuela de Teodoro de Mopsuestia y Diodore de Tarsus” [iii] Típico de los Tradicionalistas, De Young aparenta estar en negación acerca de estos testigos informados cuando dice: “La pretensión de muchos universalistas que el universalismo era la doctrina de cuatro de las seis escuelas de teología en la iglesia primitiva también necesita ser aclarada. En realidad esto no es el caso.” p.107 Sin embargo, él evita cualquier mención o cita del historiador Philip Schaff, y en ninguna parte de su libro demuestra la razón por la que ese no es el caso. Con tal de extinguir el Universalismo la iglesia Romana destruyó todos los escritos que podían encontrar entre los Padres Primitivos afirmando una restauración universal, y hasta el día de hoy los defensores de la doctrina de castigos eternos procuran suprimir o descontar sus escritos. Pero aun nuestros historiadores de la Iglesia más notables, incluso los que no eran Universalistas, conceden que era la creencia de la mayoría en la Iglesia Primitiva. El historiador Johann Gieseler dice de aquel tiempo: “La opinión de la inmutable capacidad de reformación en todas las criaturas racionales, y el tiempo limitado de los tormentos del infierno, era tan común, aún en el occidente, y tan ampliamente difundido entre los oponentes de Orígenes, que, aunque puede que no haya surgido sin la influencia de esta escuela, sin embargo, había llegado a ser independiente de ella.” [iv] Aún San Agustín, conocido como el padre de la doctrina Católica Romana y quien popularizó la doctrina del castigo eterno, reconoció que en el quinto siglo todavía había muchos que enseñaban universalismo y los reconoció como cristianos de corazón tierno, contra los cuales tenía una amistosa controversia: “Hay muchos en nuestros días que, sin negar las Sagradas Escrituras, no creen en tormentos sin fin.” “Tengo que incluirme en la lista de los que tienen una amistosa controversia contra los cristianos de corazón tierno que se niegan a creer que algunos, o que todos los que el Juez infalible pueda declarar digno del castigo del infierno, sufrirán eternamente, que suponen que serán liberados después de un tiempo determinado de castigo, más largo o más corto según la cantidad de los pecados de cada uno. Al respecto a este asunto Orígenes fue aún más indulgente; porque él creía que aún el diablo mismo y sus ángeles, después de sufrir las aflicciones más severas y prolongadas que merecen sus pecados, serán liberados de sus tormentos.” ¿Qué dicen los Padres Primitivos de la Iglesia acerca de la apocatástasis o restauración universal de todos? Como lo que restaba de la gran biblioteca de Alejandría finalmente fue destruida por el Papa Teófilo, el 23º papa de Alejandría, que intentó eliminar por completo todo origenismo destruyendo la mayor parte de las obras de Orígenes y otros Universalistas, y como la Iglesia de la Época Oscura posteriormente destruyó toda literatura considerada herética, muy pocos escritos de los Padres Primitivos permanecen hasta el día de hoy. Adicional a eso, muchos de aquellos que creían en la restauración universal en aquella época practicaban lo que llamaban “reserva,” solo compartiendo esta doctrina entre los que ellos consideraban maduros y por lo tanto menos propensos a convertir la gracia de Dios en licencia para pecar. A menudo justificaban esta práctica de reserva con textos como 1Corintios 2:6,7 que dice: “hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez… hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria.” Orígenes dijo: “Todo lo que se podría decir sobre este tema no conviene exponer ahora a todos. Porque las masas no necesitan mayor enseñanza, debido a que ellos apenas por temor al castigo eterno, refrenan su imprudencia.” [v] “Pero debemos recordar que el apóstol quiere que este texto sea guardado como un secreto, para que los fieles y maduros sepan guardar sus percepciones de esta verdad en silencio entre ellos mismos, como uno de los secretos de Dios, y no divulgarlo por doquier a los imperfectos y a los menos capaces de recibirlo.” [vi] Debido a la práctica de reserva de parte de algunos, sus referencias a la restauración universal no son tan abundantes. Algunos de sus sermones y literatura diseñados para el público en general dan ninguna, o muy pocas, referencias a la doctrina de restauración universal. Sin embargo, a pesar de las razones mencionadas, hay referencias suficientemente claras para establecer que creían en la restauración final de todos. Los siguientes son algunas citas de los Padres de la Iglesia Primitiva más prominentes que, por razones obvias pasan sin comentario alguno en el libro de De Young. Aunque solamente unos pocos de los escritos de ellos sobrevivieron la destrucción del Romanismo, los que permanecieron hablan por sí mismos, así que simplemente los voy a citar sin comentarios. Clemente de Alejandría 150 d.C. a 215 d.C. “El Señor, dice Juan, es la propiciación, no por nuestros pecados solamente, sino también por todo el mundo. Así que Él de hecho salva a todos universalmente; pero a algunos como convertidos por castigos, y otros por sumisión voluntaria, así obteniendo el honor y la dignidad, que a Él toda rodilla se doblará, de las cosas en el cielo, y las cosas en la Tierra, y las cosas debajo de la Tierra, es decir ángeles y hombres y las almas que partieron de esta vida antes de Su venida a este mundo.” [vii] “Así que el Señor predicó el evangelio a los que estaban en el Hades…. Y Sus apóstoles también, como aquí, así allá también, predicaron el evangelio a los impíos que estaban dispuestos a ser convertidos.” [viii] “El castigo es, en su operación, como medicina; ablanda el corazón duro, purga la escoria de la inmundicia, y desinfla el orgullo de los altivos; así restaurando a su sujeto a un estado sano y saludable.” [ix] “Los castigos de Dios son salvíficos y disciplinarios, llevando a la conversión… y especialmente dado que las almas, aunque entenebrecidas por pasiones, cuando son una vez sueltas de sus cuerpos, son capaces de percibir más claramente porque ya no están obstruidos por la carne inmunda.” [x] Orígenes 184 d.C. a 254 d.C. “Es nuestra convicción que la Palabra prevalecerá sobre la creación racional entera, y transformará cada alma a su propia perfección; en la cual cada uno escogerá lo que desea, y obtendrá lo que escoge. Porque, aunque en las enfermedades y heridas del cuerpo, hay unas que ninguna habilidad medicinal puede curar, sin embargo, mantenemos que, en la mente, no hay mal tan fuerte que no puede ser vencido por la Suprema Palabra y Dios. Porque más poderosa que todos los males es la Palabra, y el poder restaurador que permanece en Él, y esta sanidad Él aplica, según la voluntad de Dios, a todo hombre. La consumación de todas las cosas es la destrucción del mal…” [xi] “Él que desprecia la purificación de la Palabra de Dios, y la enseñanza del evangelio, solo está reservándose a sí mismo por las horrendas purificaciones penales después, para que el fuego del infierno le purgue en tormentos, los que ni la doctrina de los apóstoles, ni la predica del evangelio ha purificado, conforme a lo que está escrito de ser “purificado por fuego”. Pero, por cuánto tiempo esta purificación que es obrada por medio del fuego penal durará, o por cuántos períodos o épocas atormentará a los pecadores, solo Él, a quien el Padre ha encomendado todo juicio, sabe.” [xii] Teófilo de Antioquía 186 d.C. “Y Dios mostró su gran bondad al hombre en esto, que Él no permitió que continuara en pecado perpetuamente, sino que…lo echó del paraíso, para que el pecado siendo expiado en un tiempo designado, y habiendo sido disciplinado, debe ser después restaurado. Así que también cuando el hombre había sido formado en este mundo, es místicamente escrito en Génesis, como si hubiera sido dos veces puesto en el Paraíso, para que la última vez fuera cumplido después de la resurrección y juicio. Y no solo eso, sino además, así como un vaso al ser formado tiene algún defecto, es reformado o hecho de nuevo; así también sucede al hombre por la muerte. Porque es hecho pedazos por fuerza, para que en la resurrección pueda ser encontrado entero, quiero decir sin defecto, justo e inmortal.” Iranio, d.C. 182 “Así que también le echó del paraíso, y le puso lejos del árbol de la vida, no porque quería negarle el árbol de la vida, como algunos se atreven a decir, sino que tuvo piedad de él, y no quería que continuara perpetuamente como un pecador, y no quería que el pecado que lo envolvía fuera inmortal, y la maldad interminable e irremediable.” [xiii] Ambrosio de Milán 340 d.C. a 397 d.C. Comentando sobre Efesios 1, Ambrosio dice lo siguiente: “Esto le parecía bien a Dios…manifestar en Cristo el misterio de Su voluntad…específicamente, que sería misericordioso a todos los que se habían perdido, sea en el cielo o en la tierra… Cada ser, entonces, en los cielos y sobre la tierra, está siendo restaurado a ser como fue creado hasta llegar al conocimiento de Cristo.” En su comentario sobre 1Corintios 15:27 dice: “Cuando cada criatura aprende que Cristo es su cabeza, y que la cabeza de Cristo es el Padre, entonces Dios será todo en todos; es decir que cada criatura creerá de la misma manera, y de una sola voz cada lengua de las cosas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra confesará que hay un Dios del cual son todas las cosas.” [xiv] “Es necesario que todos sean probados por el fuego, quienes quiera que sean los que deseen volver al Paraíso. Porque no es en vano que esté escrito que Adán y Eva, fueron echados del Paraíso. Dios puso allí una espada en llamas que volteaba por todos lados. Así que todos tienen que pasar por estos fuegos, incluso el evangelista Juan a quien el Señor amó tanto…o Pedro, que había recibido las llaves del reino de los cielos.” [xv] “Nuestro Salvador ha determinado dos clases de resurrección, de acuerdo con lo que dijo Juan en el Apocalipsis, ‘bienaventurado el hombre que tiene parte en la primera resurrección’, porque ellos vienen a la gracia sin el juicio. En cuanto a los que no alcanzan a la primera, sino que están reservados para la segunda resurrección, estos pasarán al fuego, hasta que cumplan sus tiempos designados, entre la primera y la segunda resurrección; o si no cumplen sus tiempos designados en ese lapso, permanecerán en castigos más tiempo.” [xvi] Gregorio de Niza 330 d.C. a 394 d.C. “Así que, la libertad del libre albedrío debe permanecer con las criaturas y, al mismo tiempo, el pecado purgado, la sabiduría de Dios descubrió este plan - permitir al hombre actuar según su voluntad, y aprender por experiencia la miseria que recibe en cambio de las bendiciones que menospreció, haciendo que después vuelva por su propia voluntad, deseando las primeras bendiciones – o por ser purgado en ésta vida con oración y disciplina, o después de su partida a través del horno purificador.” [xvii] “Así que no…trae pena sobre los que han pecado, sino que obra bien solamente, separándole de la maldad y atrayéndole a participar en la bendición.” [xviii] “Porque es necesario que la maldad, algún día, sea quitada por completo del círculo de la existencia… Porqué en cuanto que no es la naturaleza de la maldad existir sin la voluntad, cuando toda voluntad llega a estar en Dios, ¿No pasará la maldad a la extinción absoluta, dado que ya no habrá recipiente para ella?” [xix] “Cristo…él que no solo libera al hombre del mal, sino que también sana al mismo inventor del mal.” [xx] “Cuando todo ser creado está en armonía consigo mismo… y cada lengua ha confesado que Jesucristo es el Señor; cuando cada criatura será unida en un solo cuerpo…. Ahora el cuerpo de Cristo, como he dicho muchas veces, es toda la humanidad… Todos estarán sujetos a Cristo, y serán sujetos por un pleno conocimiento de Él, y por una remodelación…. Entonces Dios será todo en todos en el tiempo de la restitución.” [xxi] Gregorio el Nacianceno, 328 d.C a 389 d.C. “Estos, si están dispuestos, pueden tomar el camino con nosotros, que, de hecho, es el camino de Cristo; pero si no, dejen que ellos sigan por su propio camino. Tal vez en otro lugar serán bautizados en fuego, ese último bautismo, que no solamente es muy doloroso, sino duradero también; que consume, como si fuera paja, todo lo vil, y consume toda vanidad y vicio.” [xxii] Marcelo de Anicra 315 d.C. a 374 d.C. “¿Qué otra cosa puede significar las palabras ‘hasta el tiempo de la restitución’ (Hch 3:21) sino que el apóstol quiso indicar que todas las cosas participan en aquella perfecta restauración?” [xxiii] Teodoro de Mopsuestia 359 d.C. a 429 d.C. “Los impíos que han cometido maldades todo el período de sus vidas, serán castigados, hasta aprender que, por continuar en el pecado, solo continúan en su miseria. Y cuando por este medio, han sido llevados a temer a Dios, y pensar en Él con buena voluntad, entrarán en el gozo de su gracia. Porque Él nunca hubiera dicho ‘no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo,’ si no podemos ser liberados del sufrimiento después de haber sufrido adecuadamente por el pecado; ni hubiera dicho que uno ‘recibirá muchos azotes’ y el otro ‘recibirá pocos azotes’ a menos que el castigo tuviera un fin.” [xxiv] Tito de Bostra 338 d.C. a 378 d. C. “El mismo abismo de tormentos es de hecho el lugar de castigo, pero no es eterno (aionioti) y no existía en la constitución original de la naturaleza. Fue después, como remedio para pecadores, para que pudiera curarlos. Y los castigos son santos, como también son remediales y salutíferos en su efecto sobre los transgresores; porque son aplicados, no para preservarlos en su maldad, sino para que dejen su malicia. La angustia de su sufrimiento los obliga a romper con sus vicios… Si la muerte fuera un mal, la culpa caería justamente sobre Él que la ordenó.” [xxv] Ambrosio de Milán 340 d.C. a 397 d.C. “¿Qué, entonces impide que creamos que él que ha sido hecho polvo no ha sido aniquilado, sino que ha cambiado para lo mejor; para que, en vez de ser un hombre terrenal, sea hecho un hombre espiritual, y que creamos que él que ha sido destruido, es destruido de tal manera que toda mancha es quitada, y solo permanece lo que es puro y limpio? y ¿que, al decir Dios de los adversarios de Jerusalén, que ‘estarán como si no fueron,’ debemos de entender que han de existir sustancialmente, y como convertidos, pero ya no existirán como enemigos…? Dios dio la muerte, no como una pena, sino como un remedio; la muerte fue dada como remedio contra el mal.” [xxvi] Marius Victorinus 300 d.C. “Así que el misterio fue cumplido por el Salvador para que, la perfección habiendo sido completada a través de todas las cosas, y en todas las cosas por Cristo, todos universalmente sean hechos uno a través de Cristo y en Cristo… Y porque Él es la vida, Él es aquel por quien todas las cosas han sido hechas, y para quien todas las cosas han sido hechas, porque todas las cosas purificadas por Él vuelven a la vida eterna.” [xxvii] Jerónimo 347 d.C. a 420 d.C. “La cruz de Cristo ha beneficiado no sólo la Tierra sino también el Cielo… y cada criatura ha sido purificada por la sangre de su Señor.” “Así que, en la restitución de todas las cosas, cuando el verdadero médico, Jesucristo, habrá venido a sanar el cuerpo de la Iglesia entera, cada ser…recibirá su lugar debido… Lo que quiero decir es, que los ángeles caídos volverán a ser como fueron creados, y la humanidad que ha sido expulsada del paraíso, será una vez más restaurada al lugar de cuidar el paraíso. Estas cosas, entonces, sucederán a nivel universal.” [xxviii] “Tus enemigos, Oh Dios, perecerán…cada hombre que ha sido Tu enemigo será convertido en tu amigo; el hombre no perecerá, sino que perecerá el enemigo.” [xxix] “La mayoría de las personas entienden la historia de Jonás como enseñando el eventual perdón de todo ser racional, aun incluyendo el diablo.” [xxx] “Los ángeles apóstatas, y el príncipe de este mundo, y Lucifer, la estrella de la mañana, aunque ahora rebeldes, desenfrenadamente andando de aquí para allá y hundidos en las profundidades del pecado, finalmente, se someterán al alegre dominio de Cristo y sus santos… Ningún ser racional perecerá para siempre.” [xxxi] “Israel y todos los herejes, porque han tenido las obras de Sodoma y Gomorra, son vencidos como Sodoma y Gomorra, para que sean rescatados como un hierro sacado del fuego. Y este es el significado de las palabras del profeta, ‘Sodoma será restaurada como antes’ que él que por su vicio es un habitante de Sodoma, después de que las obras de Sodoma hayan sido consumidas en él, será restaurado como era antes.” [xxxii] Teodoro el Bendecido 387 d.C. a 458 d.C. “En la vida presente Dios es en todo, porque su naturaleza es sin límites, sin embargo no es todo en todos. Pero en la vida venidera, cuando la mortalidad llegue a su fin y la inmortalidad es dada, y el pecado ya no tiene ningún lugar, Dios será todo. Porque el Señor, que ama al hombre, castiga medicinalmente, para terminar con el curso de la impiedad.” [xxxiii] Estas son algunas de las citaciones de los Padres griegos de la Iglesia Primitiva que no fueron destruidos. No encontrarás a ninguna de ellas citadas en el libro de De Young o cualquier otro libro defendiendo la doctrina del castigo eterno, dado que es un testimonio fuerte contra la historicidad de su doctrina en la Iglesia. Adicionalmente, debe ser notado que el Universalismo jamás fue condenado por un concilio legítimo de la Iglesia. El Emperador Romano Justino condenó el Universalismo por primera vez en Constantinopla en 544 d.C., diciendo: “Cualquiera que diga o sostenga que el castigo de demonios y los hombres impíos sea temporal, y que tendrá un fin en algún momento, es decir, que hay una restauración de demonios o hombres impíos, es maldito.” Sin embargo, la Iglesia Latina se negó a asistir al concilio o reconocer esta condenación del Universalismo. Él intentó otra vez sin éxito en 553 d.C. Tristemente, hoy en día la Iglesia Tradicional condena algo que ni la Iglesia en declive, entrando en la Época Oscura, estuvo dispuesta a condenar. Para un estudio más a fondo sobre el testimonio de la Iglesia Primitiva, recomiendo mi libro: “El Triunfo de la Misericordia.” [i] Schaff, Phillip, The New Chaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge – Vol 12, Baker Book House, 1950 [ii] Philip Schaff, The New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge. Vol XII, p.96. [iii] J.W. Hanson D.D., Universalism The Prevailing Doctrine Of The Christian Church During Its First Five Hundred Years pp. 174,175 [iv] Gerseler, Ecclesiastical History, vol. 1. para. 82. [v] Origen, Quoted in Hanson, John Wesley, Universalism: The Prevailing Doctrine of the Christian Church During Its First Five Hundred Years, 1899. p. 56. [vi] Origin, Commentary In Epist. Ad Rom. lib viii. cap. xi. [vii] Clemente de Alejandría, Comentary of 1 John Adumbrat. in Ep. I Johan., printed at the end of his Treatise, Quis dives salvetur, p.1009, Potter´s Edit. [viii] Clemente de Alejandría, Strom. lib. vi. cap. 6m p. 763, Ed. Potter. [ix] Clemente de Alejandría, Paedagogus 1.8 as cited in Thayors Léxicon. [x] Clemente de Alejandría, Hanson, John Wesley, Universalism: The Prevailing Doctrine of the Christian Church During Its First Five Hundred Years. p. 117 [xi] Origin, Contra Selsum 8.72. [xii] Origin, Commentary In Epist. Ad Rom. lib viii. cap. xi. [xiii] Iranio, Contr. Hoer. lib. iii. c. 23, para. 6. [xiv] Allin, Universalism Asserted, p. 133. [xv] Ambrose, Serm. xx. para. 12, in Psalm cxviii p. 1225, Ed. Paris. 1686. [xvi] Ambrose, in Psalm i. para. 54, p. 763, Ed. Paris. 1686. [xvii] Gregorio de Niza, Orat. pro Mortuis, ad. fin. p. 634, Ed. Paris. 1638. [xviii] Gregorio de Niza, De an. et Res. ii. p. 659 [xix] Gregorio de Niza, Dial. de Anima et Resurrect. tom.iii. p. 227, Ed. Paris. 1638 [xx] Gregorio de Niza, Catechetical Oraciones, Cap. 26. [xxi] Gregorio de Niza, Catechetical Oraciones, (36) [xxii] Gregorio, el Nazianceno, Orat. xxix. par.19, p.690. Ed. Paris 1778 [xxiii] Marcelo de Anicra, Hanson, John Wesley, Universalism: The Prevailing Doctrine of the Christian Church During the First Five Hundred Years, Universalist Publishing House, Boston, 1899, p. 244 [xxiv] Gregorio el Nazianceno, Assemani Bib. Orient. Tom. iii. [xxv] Tito de Bostra, Tillemont, [xxvi] Ambrosio de Milán, Hanson, pp. 245,246 [xxvii] Marius Victurinas, Hanson, p. 249 [xxviii] Allin, Universalism Asserted, p. 134. [xxix] Jerome. In Ps. xcii. 9.22 [xxx] Jerome. In Ps. xcii. 9.22 [xxxi] Jerome. In Ps. xcii. 9.22 [xxxii] J.W. HANSON, D. D. Universalism The Prevailing Doctrine Of The Christian ChurchDuring Its First Five Hundred Years. http://www.tentmaker.org/books/ [xxxiii] Teodoro el Bendecido, Hanson, p.254.
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