por George Sidney Hurd tomado del libro El Triunfo de la Misericordia Experiencias cercanas a la muerte refieren a personas que han estado al umbral de la muerte y saliendo de sus cuerpos han tenido visiones del más allá. Aunque hay relatos de estas experiencias desde antes del tiempo de Cristo por personas de todas las religiones del mundo, han sido más frecuentes en los últimos años. En 1981, una encuesta en los Estados Unidos reveló que el 15 por ciento de los norteamericanos reportaron que tuvieron experiencias cercanas a la muerte. Con las mejoras en primeros auxilios esas cifras van en aumento. En una encuesta hecha en hospitales por Kenneth Ring, él descubrió que la tercera parte de los que han estado cerca de la muerte o pronunciados clínicamente muertos afirmaban que tuvieron algún tipo de experiencia transcendental. [i] Aunque la gran mayoría de las experiencias son positivas hay unos que tuvieron experiencias negativas donde se encontraron en el infierno o el purgatorio. He leído extensamente sobre estas experiencias en los últimos 20 años. En octubre del 2013, yo estaba hospitalizado por un absceso que me dejó entre la vida y la muerte por tres días. Debido a los inmunosupresores que tomo para evitar el rechazo de mi hígado trasplantado, me dio un absceso yll rápidamente me puse grave. Me sacaron de la selva en una avioneta y me llevaron otras cuatro horas de Villavicencio por ambulancia al hospital en Bogotá donde drenaron el absceso sacando más de un litro de materia. Mi sangre ya estaba envenenada con una bacteria llamada staphylococcus aurous, que a menudo ocasiona la muerte. En el transcurso de los próximos tres días salí de mi cuerpo tres veces. Cada vez volvía a caer abruptamente dentro de mi cuerpo y sentía las limitaciones de mi cuerpo debilitado. Fuera de mi cuerpo sentí que volaba mientras me pasaban visiones de paisajes hermosísimos y veía colores que no había visto desde los días de mi juventud cuando tomaba LSD, mezcalina y otros alucinógenos. En uno de los momentos cuando estaba fuera de mi cuerpo recuerdo que estaba hablando con alguien vestido de blanco. Sabía que habíamos conversado, pero no recuerdo la conversación. Lo único que recuerdo es que veía varios enfermos en el hospital al otro lado de un velo y en la conversación, de alguna manera sabía que debía volver a mi cuerpo. Entonces le pregunté agitadamente cómo iba a saber si había entrado en el cuerpo mío. Él me dijo que lo sabría al decir “361”. El próximo momento sentí que caí en mi cuerpo, pero no reconocía mi cuerpo ni el lugar en donde estaba. Me senté en la cama de un brinco y miraba mi cuerpo y el cuarto tratando de ubicarme. Ni sabía si el cuerpo era mío o de otra persona y estaba asustado. Había una enfermera a mi lado tomando mis señas vitales y ella me dijo que estuviera quieto. Miré el monitor que muestra la presión de sangre y otras señales vitales que ella estaba tomando. Busqué el número 361 pero no lo veía allí. Miraba otra vez alrededor pero no podía ubicarme. Cuando volví a mirar el monitor, ya había aparecido mi temperatura en el monitor y era 36.1. Yo repetí en voz alto 3-6-1 y de repente sabía dónde estaba. Confieso que esta experiencia fue muy rara. Ni recuerdo la conversación con la persona vestida de blanco. Solo recuerdo que había estado con él/ella en un lugar de mucha luz y sentía mucha paz y amor y que habíamos estado conversando. Hubiera pensado que sólo estaba delirando si no me habría dado de antemano la señal “361” para saber que estaba en mi propio cuerpo. Mientras que no descarto la validez de estas experiencias fuera del cuerpo como encuentros reales con el mundo espiritual, yo no creo que debemos dejar que estas experiencias tan subjetivas tengan influencia alguna sobre la formación de nuestras doctrinas – especialmente cuando las experiencias no concuerdan con las Escrituras, y mucho menos cuando van directamente en contra de lo que ellos dicen. De hecho, mucho de lo que las personas ven y experimentan en estas experiencias directamente contradicen la Biblia. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6). Aunque hay algunos testimonios de cristianos y no cristianos que confirman estas palabras de Jesús, la gran mayoría de los que han tenido experiencias cercanas a la muerte a nivel mundial eran de otras religiones o hasta ateos y testifican que fueron hacia la luz y tuvieron una experiencia placentera sin oír mención alguna de Jesucristo. A raíz de esto muchos, dando más peso a esas experiencias que las mismas palabras de Jesús, han dejado de creer que Jesús es el único camino al Padre. Para ellos, poner su fe en Cristo ya no es esencial para la salvación, dado que budistas, hindúes, musulmanes, animistas indígenas y hasta ateos, se encuentran en el cielo en estas experiencias cercanas a la muerte sin necesidad de arrepentirse y poner su fe en Cristo. También, las Escrituras son muy claras en enfatizar la necesidad de la santidad para estar en la presencia del Señor: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Heb 12:14) “manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gál 5:19-21) “Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.” (Ef 5:5,6) “Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche…. 27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.” (Apo 21:25,27) A pesar de estas claras declaraciones de las Escrituras, aún algunos pastores están diciendo, basados en testimonios de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte, que la santidad no es necesaria para heredar el reino de Dios después de la muerte. Acabo de terminar de leer un libro escrito por un pastor sobre las experiencias cercanas a la muerte, “Revealing Heaven – The Christian Case for Near-Death Experiences” (Revelando el Cielo – Una Defensa Cristiana de las Experiencias Cercanas a la Muerte” por John W. Price. [ii] Basado en testimonios de hermosas experiencias cercanas a la muerte experimentado por homosexuales, el relega a las prohibiciones de estas prácticas y muchas más que son censuradas en las Escrituras a “tabúes culturales” que fueron convertidos en “dogmas religiosos”. Tenemos que decidir si nos vamos a dejar guiar por testimonios cercanos a la muerte o por lo que dice la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es clara en cuanto a estos pecados: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.” (1Cor 6:9,10) “como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.” (Judas 7) “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Apo 21:8) El aumento de la frecuencia de estas experiencias es, en parte debido al hecho que los primeros auxilios y la medicina han hecho posible reanimar muchas más personas que han estado al borde de la muerte. Pero otra cosa que debemos considerar es la fuente de las revelaciones. Ellos vuelven con revelaciones del mundo espiritual, pero, ¿Son siempre revelaciones verídicas de cómo es realmente el más allá? Pablo nos advierte que “el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (2Co 11:14). Estoy convencido que, al menos en parte, el aumento de estas experiencias en estos tiempos finales, especialmente las revelaciones que contradicen la palabra de Dios son revelaciones de espíritus engañadores como nos advierten las Escrituras: “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos (a las fábulas). ” (2 Tim 4:3,4 NBLH) Pablo dice aquí que no soportarán la sana doctrina, sino que buscarán maestros que les dirán que no hay problema con vivir según sus propios deseos, que ellos apartarán sus oídos de la verdad prefiriendo creer en fábulas que se acomoden a su estilo de vida. Y, ¿de dónde vienen estas fábulas? ¿Solo de los maestros o hay algo más siniestro atrás de sus enseñanzas? En otro pasaje Pablo revela la verdadera fuente de estas enseñanzas: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” (1Tim 4:1) Sin descartar la realidad de que muchas de las experiencias cercanas a la muerte son encuentros genuinos con Dios, y revelaciones del cielo y del infierno; como con cualquier revelación, visión, profecía o milagro, necesitamos discernimiento para no creer a todo espíritu sino probar los espíritus para saber si son de Dios o no (1Jn 4:1). En 1Juan 4:3 Juan dice que todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios, sino que es anticristo. La gran mayoría de las revelaciones de las experiencias cercanas a la muerte son anticristo porque descuentan la necesidad de Cristo para la salvación. Son muy parecidos a las revelaciones por comunicaciones con “extraterrestres” y espiritistas – un fenómeno que también va en aumento en estos últimos tiempos. De igual manera que necesitamos discernimiento acerca de revelaciones del cielo en las experiencias cercanas a la muerte, necesitamos también más discernimiento acerca de las supuestas revelaciones del infierno. Necesitamos examinarlos a la luz de la palabra. Muchas revelaciones engañosas quitan detalles esenciales de la palabra, pero las experiencias cercanas a la muerte usualmente tienden a añadir muchos más detalles de lo que se encuentra en las Escrituras. He leído múltiples relatos de experiencias cercanas a la muerte donde describen el infierno y la tendencia que he observado con revelaciones del infierno es que dan detalles conflictivos; contienen detalles que no se encuentran en la Palabra o la contradicen, y hasta desafían toda lógica. Jesús dijo que el fuego eonian fue preparado para el diablo y sus ángeles. La idea obvia expresada aquí es que ese lugar de castigo fue preparado para ellos y que ellos serán atormentados de igual manera que los hombres echados allí. Sin embargo, el testimonio típico del infierno lo describe como si el infierno fuera el dominio de satanás, y como si fueran sus ángeles y los demonios los que administraran tormentos, en vez de ser atormentados ellos mismos. Muchos describen gusanos que comen los “cuerpos” de los atormentados. En el caso de los 7 jóvenes colombianos los gusanos eran gigantes, [iii] aunque los demás que mencionan gusanos, los describen como de tamaño normal. Estos testimonios, que incluyen descripciones de gusanos en el infierno, parecen influenciados por malas interpretaciones de textos que hablan de gusanos comiendo cadáveres: “Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca (no) morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre.” (Isa 66:24) Este pasaje es un juicio declarado contra los que vienen contra el pueblo de Dios. No está describiendo los tormentos del infierno. Simplemente dice que los que salen de Jerusalén verán los cadáveres de sus enemigos siendo comidos por gusanos en el fuego, y el olor será repugnante para los que pasan por allí. Los traductores tradujeron “no” por “nunca,” igual como hicieron en Marcos 9, para dar la impresión de que dura por la eternidad. Los cadáveres son cuerpos muertos en estado de descomposición afuera de la ciudad de Jerusalén y no almas siendo atormentadas vivas en el infierno. “Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros? 11 Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.” (Isa 14:10-11) Aquí, igual como en Isaías 66, está hablando de la descomposición de un cadáver, en esta instancia el de Nabucodonosor, rey de Babilonia. Todos los que se asombraban de su poder y esplendor, se asombrarán al verlo en su muerte. En los versos 18 a 20 da más detalle diciendo: “Todos los reyes de las naciones reposan con honor, cada uno en su tumba. 19 Pero a ti, el sepulcro te ha vomitado como a un vástago repugnante. Los que murieron a filo de espada, los que bajaron al fondo de la fosa, te han cubierto por completo. ¡Pareces un cadáver pisoteado! 20 No tendrás sepultura con los reyes…” (Isa 14:18-20 NVI) Debe ser obvio que, lo descrito aquí, no es el tormento del alma de Nabucodonosor en el infierno, sino su cadáver, junto con los cadáveres de otros que cayeron en batalla, siendo consumidos por gusanos. Habla de él como negado un entierro en su tumba real – algo muy importante para el legado de los reyes. Una muerte tan denigrante para un rey tan poderoso como Nabucodonosor ocasiona asombro para todos. Si era impactante para el mundo entero ver el final de dictadores famosos como Hitler, Saddam Hussein y Gadafi, cuánto más para el rey de la gran Babilonia. Así que, los testimonios del infierno que describen las almas siendo comidas por gusanos no están basados en lo que las Escrituras realmente enseñan. Es más probable que fueron influenciados por prédicas del infierno que mal interpretaron estos versículos para describir los tormentos del infierno, y hasta algunos podrían ser revelaciones de espíritus engañadores quienes son muy hábiles en malinterpretar las Escrituras para su propia ventaja con el fin de trastornar nuestra imagen de Dios. Hay un sitio web que relata visiones del infierno de varias religiones. [iv] En su página sobre el infierno cristiano presentan unas 30 visiones del infierno dentro del cristianismo desde 100 años antes de Cristo hasta el siglo XV. La creencia en un purgatorio fue promovida y adoptada por la Iglesia Católica en el siglo XI. Es interesante observar que las visiones, de allí en adelante, usualmente incluían una descripción, no solo del infierno sino también del purgatorio, aunque hoy en día, los protestantes al menos ya no mencionan el purgatorio en sus testimonios de visiones. Muchas de las experiencias reflejan las creencias de las personas en el momento de la visión. En la Época Oscura la mayoría de las experiencias cercanas a la muerte eran negativas de tortura, fuego y tinieblas. Hoy en día, en un tiempo en que ya no predican tanto sobre el infierno y condenación, la mayoría dicen que han visto la luz; que han sentido paz y amor. Un testimonio que escuché era de una joven de una iglesia muy legalista que dijo que vio en su visión un lugar en el infierno reservado para las mujeres que tenían su pelo corto y se ponían pantalones en su vida terrenal y murieron sin arrepentirse de esos “pecados”. Sabiendo que muchas de las que tienen pelo largo también tienen “la lengua larga”, me preguntaba si no habría otro lugar más abajo para las chismosas y calumniadoras. Otros que asisten a iglesias que enseñaban que el diezmo es obligatorio aún bajo el Nuevo Pacto, testificaron que vieron personas nadando en una piscina de lava derretida en el infierno con placas en sus pechos que decían: “No Diezmaba”. Son comunes los testimonios que dicen que el infierno tiene compartimentos para cada pecado – un lugar para los no diezmadores, otro para los fornicarios, otro lugar para los mentirosos etc., etc. Esto no tendría sentido, dado que todos caeríamos en varias categorías de pecados. El fornicario más probablemente no diezmaba tampoco, y es probable que mintiera y llevara pantalones y otros muchos pecados más. El juicio toma en cuenta todas nuestras obras – no solamente la más prominente de ellos. Este concepto de categorías no viene de las Escrituras sino de otras religiones como hindúes y budistas y de escritores con imaginaciones mórbidas como Dante. Otra mujer que vendió muchos libros sobre su visión del infierno describió el infierno como un lago de fuego en la forma de un cuerpo humano del tamaño de un campo de futbol. Si el 90% de la humanidad, más satanás y sus ángeles están allí, parece que ocuparía un lugar más grande que un campo de futbol. Uno decía que no tenía ninguna memoria de Dios. En cambio, otros han dicho que lo que más atormentaba a los que estaban en el infierno fue que no podían dejar de pensar en Dios, pero a la vez sabían que no había forma de reconciliarse con Él. Unos testimonios dando detalles del infierno han sido desenmascarados como engaño intencional para burlarse de la credulidad de los cristianos y otros eran inventados por “evangelistas” para tener más convertidos. Otros han ganado una fortuna vendiendo sus libros y videos sobre sus supuestas visiones. Es digno notar que casi todos que han tenido experiencias negativas del infierno, al clamar pidiendo misericordia, fueron liberados y volvieron a la vida. Eso concuerda con el universalismo cristiano y con las Escrituras cuando dicen: “Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia. 9 Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras.” (Sal 145:8-9) “Porque el Señor no desecha para siempre; 32 Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; 33 Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.” (Lam 3:31-33) “Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado.” (2 Sam 14:14) Bajo el efecto de alucinógenos cuando era joven tuve varias experiencias que eran infernales. Sin embargo, mirándolo bien ahora con más claridad, y con un mejor conocimiento de Dios, no atribuyo esas visiones a Dios sino al enemigo. No debemos derivar nuestras creencias acerca del infierno de visiones y experiencias cercanas a la muerte. Pablo dijo que aún si un ángel del cielo fuera proclamar otro evangelio distinto a las buenas nuevas de Jesucristo, que sea anatema (Gál 1:8). Tampoco debemos de basar nuestras convicciones en las imaginaciones de escritores como Dante, ni los hindúes o budistas sino solo de la palabra de Dios. Y aun así necesitamos aprender a distinguir entre lo que es literal y lo que es metafórico. También tenemos necesidad de que nuestros ojos estén abiertos para ser “plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef 3:18-19), y no llenos de pavor de un infierno eterno de fuego creado por la imaginación presentándonos un dios sádico y airado. El enemigo no solo es nuestro acusador delante de Dios, sino que también acusa a Dios delante de nosotros. Él hace todo lo posible para cegar a nuestros ojos para no ver las buenas nuevas del evangelio en toda su gloria. Muchos de los testimonios de las experiencias del infierno descuentan la obra salvífica de Cristo en la cruz y limitan el amor y la misericordia de Dios que duran para siempre. Yo personalmente he llegado a la conclusión de que estos testimonios del infierno, en su mayor parte, no concuerdan con el testimonio de las Escrituras y no llevan buenos frutos. No existen ejemplos en las Escrituras de “evangelizar” a las almas perdidas bajo la amenaza del infierno, traumatizando a la gente con detalles gráficos de castigos interminables para motivarlos a aceptar a Cristo. La amenaza del infierno fue utilizada en la Época Oscura por la religión institucionalizada para mantener a la gente bajo su poder, pero eso no es lo que encontramos en la Iglesia primitiva. Jesús dijo: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” (Juan 12:32). Piénselo, ¿Qué fue lo que te atrajo a Cristo – la amenaza del infierno o el amor de Dios en Cristo Jesús? ¿Qué es lo que nos transforma como cristianos a la imagen de Cristo? ¿El temor al infierno? Muchos ministros esclavizan al pueblo de Dios utilizando la amenaza del infierno como un látigo para hacer que trabajen más duro y diezman más. Pero, ¿Eso nos hace realmente más como Cristo? Llegamos a ser como Él solo a través de una relación persona a persona con Él - una relación basada en amor. La religión a base de temor a veces produce más obras, pero sólo una relación de amor produce los frutos de una vida transformada por Su presencia. [i] Kenneth Ring, Life at Death [ii] John W. Price, Revealing Heaven – A Christian Case for Near-Death Experiences, Kindle format [iii] www.youtube.com/watch?v=C3CwknAC8RI [iv] http://www.hell-on-line.org
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