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por George Sidney Hurd
Cada generación de creyentes que ha amado la venida de nuestro Señor hemos aguardado la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo dentro de nuestra generación, así como hemos sido mandados a hacer (2Tim 4:8; Tito 2:13; Marcos 13:37). Sin embargo, solo recientemente, dentro de los últimos años, ha surgido un número creciente de cristianos que han abandonado la esperanza bienaventurada para el Preterismo, que es la creencia de que los últimos días ya se cumplieron – que Cristo ya regresó en el año 70 d.C., destruyendo a Jerusalén por medio del ejército Romano, atando a Satanás en el abismo y comenzando Su reinado Milenial sobre la tierra. En el titular de su libro, un autor Preterista expresa la opinión de muchos Preteristas hacia aquellos que todavía creemos que estamos en los últimos días, intitulándolo “Last Days Madness.” (La Demencia sobre los Postreras Días) [1] En el blog anterior, ¿Donde está la Promesa de Su Advenimiento?, brevemente demostré de las Escrituras que la Segunda Venida está aún en el futuro. El objetivo de este blog es demostrar que, de igual manera, la mayoría de las profecías acerca de los últimos días no fueron cumplidas en el año 70 d.C., y aún están por cumplirse. Dos Categorías Distintas de Profecías acerca de los Últimos Días Lo que muchos no toman en cuenta es que hay dos categorías distintas de profecías acerca de los últimos días. Primero, hay profecías dadas a Israel en el Antiguo Testamento acerca de los postreros días, comenzando con la venida de Cristo, su Mesías. Aparte de estas, tenemos las profecías dadas a la Iglesia acerca de los postreros días y la Segunda Venida de Cristo. Para Israel, el primer evento que iba a suceder en los postreros días fue la venida de su Mesías y Rey para establecer Su reino en la tierra desde Jerusalén, después de un tiempo prolongado de dispersión. Varios pasajes profetizaban acerca de esta restauración futura de la nación y el reinado del Mesías que comenzaría en los postreros días: “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. 5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.” (Oseas 3:4-5) “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. 7 Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, 8 sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.” (Jer 23:5-8). “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.” (Isa 2:2-4) Como se puede ver de estas profecías acerca de los postreros días, la venida de Cristo, el Mesías de Israel, fue el primer indicador de que habían llegado los postreros días cuando todo Israel volvería al Señor, y Él los restauraría como nación, reinando sobre las naciones desde Jerusalén. Pero Israel rechazó a su Mesías y Rey cuando Cristo se presentó en la entrada triunfal. Fue después de rechazar Su oferta del reino que Jesús les dijo: “el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él” (Mateo 21:43). Entonces, Él les dijo que iban a ser dejados desiertos porque no reconocieron el día de su visitación: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! 38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta. 39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.” (Mateo 23:37-39, cf. Lucas 19:44) Por lo tanto, cuando llegó el momento para su restauración prometida de los últimos días, el reino les fue quitado de la nación de Israel temporalmente, hasta llegar el momento cuando lo recibirían. En vez de ser reunidos de la dispersión con su Mesías comenzando a reinar desde Jerusalén, Jesús les dijo a los judíos en Judea que ellos también serían dispersos, así como sucedió a los tribus del norte antes que ellos, y que Jerusalén sería hollada por los gentiles hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan (Lucas 21:24). Solo después de eso se cumplirán las demás profecías acerca de Israel cuando Cristo vuelva por segunda vez para liberar y restaurarlos. Los discípulos, conociendo las profecías acerca de la restauración de Israel en los postreros días y no logrando a comprender que Israel había sido apartado, le preguntaron a Jesús después de resucitar de los muertos si Él iba a restaurar a Israel en ese tiempo (Hch 1:6). Estaban acertados en entender la secuencia de eventos profetizados acerca de los postreros días para Israel, pero no lograron ver que, debido al rechazo del reino, el reloj para el calendario profético para Israel se había detenido. Israel temporalmente fue apartado en juicio hasta que los tiempos de los gentiles se cumplieran y haya entrado la plenitud de los gentiles en el redil. Entonces el reloj para Israel seguirá y todo Israel será salvo (Rom 11:25-29). Es por esta razón que el autor de Hebreos, como también Pedro, habló de la encarnación y ministerio terrenal de Cristo como habiendo ocurridos “en estos postreros días” (Heb 1:1-2; 1Pedro 1:20-21). Sin embargo, al mismo tiempo, Pedro hablaba de los postreros días como algo todavía en el futuro. Él dijo: “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.” (2 Pedro 3:3-13) Aquí vemos a Pedro diciendo a los creyentes alrededor del año 65 d.C. lo que iba a suceder en su futuro en los postreros. Alrededor del mismo tiempo, Pablo también hablaba de los postreros días como algo futuro aún, diciendo: “en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe…”, “vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina…”, “en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos…” (1Tim 4:1-2; 2Tim 4:1-5; 3:1-6). Obviamente, si Preterismo fuera cierto, Pedro y Pablo no hubieron estado hablando acerca de los postreros días como si fueran algo todavía futuro, estando tan cerca en tiempo a 70 d.C. Ellos les hubieran enfatizados que ya estaban viviendo en los postreros días. La razón por qué los autores del Nuevo Testamento podrían a veces decir que estaban en los postreros días, al mismo tiempo que indicaban que los postreros días todavía eran futuros, es porque había dos clases de profecías acerca de los postreros días. Desde la encarnación de Cristo el Mesías, ya estaban en los postreros días para Israel, los cuales, debido a su rechazo de Él, fueron congelados en el tiempo hasta los tiempos de la restauración de todos, profetizados en el Antiguo Testamento (Hch 3:19-21). A la vez, ellos estaban entrando en los tiempos de los gentiles, que continuarán hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado en los postreros días para la Iglesia, cuando Cristo volverá por segunda vez. Está época terminará con las señales de los tiempos postreros para la Iglesia y la Segunda Venida de Cristo siendo cumplidas juntamente con el resto de las señales de los postreros días dadas a Israel en el Antiguo Testamento. Eventos de los Postreros Días que Aún Faltan por Cumplirse Los Preteristas insisten en que los postreros días concluyeron y Cristo volvió en el año 70 d.C., introduciéndonos en la nueva era. Sin embargo, hay numerosas profecías acerca de los postreros días en ambos testamentos que aún tienen que cumplirse. Aquí estaremos examinando algunos de ellas. La Invasión de Israel por Rusia en los Postreros Días Las expresiones, “al cabo de años” y “al cabo de los días” son usados intercambiablemente en Ezequiel 38, indicando que ellos se refieren al mismo punto en la historia. Así que, si puede ser demostrado que “el cabo de los años” es futuro aun, entonces, podemos concluir que las otras quince veces donde “al cabo de los días” y “los postreros días” aparecen en un contexto escatológico también tienen referencia al futuro. Viendo Ezequiel 38 y 39, es evidente que el cabo de los años o el cabo de los días es todavía futuro: “Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano (príncipe de Rosh) de Mesec y Tubal, y profetiza contra él, 3 y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. 4 Y te quebrantaré, y pondré garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, de todo en todo equipados, gran multitud con paveses y escudos, teniendo todos ellos espadas; 5 Persia, Cus y Fut con ellos; todos ellos con escudo y yelmo; 6 Gomer, y todas sus tropas; la casa de Togarma, de los confines del norte, y todas sus tropas; muchos pueblos contigo. 7 Prepárate y apercíbete, tú y toda tu multitud que se ha reunido a ti, y sé tú su guarda. 8 De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente. 9 Subirás tú, y vendrás como tempestad; como nublado para cubrir la tierra serás tú y todas tus tropas, y muchos pueblos contigo… 14 Por tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a Gog: Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habite con seguridad, ¿no lo sabrás tú? 15 Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, gran multitud y poderoso ejército, 16 y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.” (Ezeq 38:2-9,14-16) Aunque no es el objetivo de este blog entrar en detalle acerca del cumplimiento de esta profecía, definitivamente se está refiriendo a un evento todavía futuro, al cabo de los días. No ha habido una invasión de Israel en el pasado como la aquí descrita. En primer lugar, dice que la invasión sucederá en un tiempo llamado al cabo de años o al cabo de los días cuando Israel habrá sido reunido en su tierra. En el primer siglo las tribus de Israel aún no habían sido reunidas en la tierra de Israel. Hay más de una referencia en el Nuevo Testamento indicando que, en el primer siglo los judíos aún estaban dispersos entre las naciones: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.” (Stg 1:1; cf. Jn 7:35; 1Pedro 1:1; Hch 26:7). Obviamente, en los tiempos de Cristo la mayoría entre las doce tribus aún estaban dispersas entre las naciones. Algunos dicen que las diez tribus del norte fueron perdidas para siempre. Sin embargo, Pablo, en Hechos 26:7 se refiere a las doce tribus como existiendo en su día. La prometida reunión del pueblo de Israel en su tierra, que vemos mencionada tantas veces en el Antiguo Testamento, aún no había ocurrido en el año 70 d.C. (cf. Oseas 3:4; Isa 11:9-11; 16:14-15; Ezeq 37:21-38:12). Así que, la reunión de Israel de los postreros días, cuando David será su rey por las épocas venideras aún no ha sido cumplida. Es importante entender que, aun antes de que Israel hubiera cruzado el río Jordán para entrar en la Tierra Prometida, el Señor que sabe el fin desde el comienzo, le dijo a Israel en Deuteronomio que ellos serían conquistados y dispersos entre las naciones, pero que serían reunidos y restaurados en los postreros días: “hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que muy pronto desaparecerán de la tierra que van a poseer al cruzar el Jordán. No vivirán allí mucho tiempo, sino que serán destruidos por completo. 27 El SEÑOR los dispersará entre las naciones, y entre todas ellas sólo quedarán esparcidos unos pocos. 28 Allí ustedes adorarán a dioses de madera y de piedra, hechos por seres humanos: dioses que no pueden ver ni oír, ni comer ni oler. 29 Pero si desde allí buscas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás. 30 Y al cabo del tiempo (lit. “en los postreros días”), cuando hayas vivido en medio de todas esas angustias y dolores, volverás al SEÑOR tu Dios y escucharás su voz. 31 Porque el SEÑOR tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados.” (Deut 4:26-31 NVI [2]; cf. Ezeq 37:21-27; Isa 2:2-4) En Deuteronomio 4, vemos claramente que nada de lo que hizo la nación de Israel ha tomado a Dios por sorpresa. Desde el momento que llamó a Abraham, Él sabía que sus descendientes iban a rechazar a su Mesías y crucificarlo. Esto fue incluido en Su plan eterno. También incluido en Su plan estaba Su juramento irrevocable que jamás abandonaría al pueblo de Israel o lo destruiría, sino que sería reunido y restaurado en los postreros días, para jamás volver a ser dispersos. Así que, podemos ver claramente que la expresión “los postreros días,” no tiene referencia a la destrucción de Israel en el año 70 d.C., sino que será el tiempo de la reunión y liberación del pueblo de Israel en el tiempo de la Segunda Venida de Cristo en el futuro cuando los judíos dirán, “Bendito Él que viene en nombre del Señor.” En segundo lugar, Israel todavía no ha sido invadido por la alianza de naciones descrita en esta profecía. Aunque es debatido, Gog, el príncipe de Rosh, de Mesec y Tubal, más probablemente se refiere a la Rusia de hoy en día. Mesec y Tubal parece tener referencia a las regiones occidentales y orientales de Rusia (Rosh). Antes de la revolución Bolchevique, el capital occidental era Moscú que se evolucionó de Mesec y el capital oriental era Tobolsk que se evolucionó de Tubal. Las otras naciones mencionadas como aliados con Rusia actualmente son sus aliados contra Israel. Adicionalmente, vemos que la intervención de Dios para liberar a Israel es tan innegablemente sobrenatural que resultará en todas las naciones reconociendo que Él es Dios (Ezeq 39:6-7). Esta liberación sin precedentes indica que esta batalla todavía no ha sucedido. Así que, los postreros días todavía no han culminados. Es demasiado obvio que esta batalla no ocurrió en un supuesto “postreros días destrucción de Jerusalén,” como afirman los Preteristas. La batalla de Ezequiel 38 y 39 salvará a Israel de sus enemigos; no será para su destrucción. Algunos han argumentado que Ezequiel no pudo haber estado refiriéndose a la Rusia de hoy en día, dado que la descripción de las armas no corresponde con una batalla moderna. Pero aún si Ezequiel hubiera visto una batalla moderna en su visión, él la habría descrito con términos familiares al pueblo de su día para que pudieran entender la visión. Ni había palabras en su vocabulario para describir adecuadamente las armas de hoy. Cristo Reinará desde Jerusalén en los Postreros Días También vemos en el Antiguo Testamento que los postreros días no solamente marcan el fin del “día del hombre,” sino también nos introduce en el día del Señor, cuando ya no habrá más guerra porque el Señor establecerá Su trono en Jerusalén: “Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. 2 Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 3 Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. 4 Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado. 5 Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre. 6 En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; 7 y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.” (Maqueas 4:1-7) Claramente, esta profecía está aún por cumplirse cuando el Libertador viene de Sion para salvar a Israel (Rom 11:25-29). Lo que ocurrió en Jerusalén en el año 70 d.C. fue exactamente lo opuesto de lo que dice esta profecía acerca de los postreros días. La Resurrección de los Muertos es al fin de los Días, después de la Gran Tribulación Otro evento que marca los postreros días que aún no ha ocurrido es la resurrección de los muertos. Que es una resurrección de nuestros cuerpos y no algo netamente espiritual, como afirman algunos Preteristas, es evidente, viendo la descripción dada por Daniel cuando habla de la resurrección de los que duermen en el polvo de la tierra: “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. 3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. 4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará… 9 El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán. 11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. 12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. 13 Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.” (Dan 12:1-4; 9-13) Aquí vemos, de la misma manera como es presentado en el Nuevo Testamento, que la resurrección sucede después de la Gran Tribulación. Le dijo a Daniel que él sería resucitado para recibir su heredad al fin de los días. ¿Debemos de entender de eso que Daniel fue resucitado en el año 70 d.C.? ¡Claro que no! La resurrección es en el fin de los días, después de la Gran Tribulación, al mismo tiempo que los vivos son arrebatados para recibir al Señor en el aire (1Tes 4:16-17). Jesús también mencionó la resurrección como sucediendo en el tiempo del fin o el día postrera: “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” (Juan 6:39-40) Burladores en los Postreros Días Hay otro pasaje en el Nuevo Testamento que, para mí, claramente milita contra el argumento que los postreros días terminaron en el año 70 d.C., como afirman los Preteristas: “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; 7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” (2Pedro 3:3-13) Según los Preteristas, los últimos días terminaron y el día del Señor comenzó en el año 70 d.C. Sin embargo, en este pasaje vemos que, debido al retraso de la venida del Señor, muchos comenzarán a hacer burla a los cristianos por persistir en su esperanza de la venida del Señor. Él explica que el motivo del retraso es Su paciencia con nosotros, no queriendo que ninguno de nosotros perezca. Sin embargo, él dice que el día vendrá de repente. Dice que cuando el día del Señor viene, los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas, haciendo cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Es muy obvio que esto se refiere a un día del Señor todavía en nuestro futuro. Nada ocurrió en el año 70 d.C. que razonablemente podría ser considerado un cumplimiento de lo que está descrito aquí. Sin embargo, Preteristas intentan argumentar que esto de hecho fue cumplido en el año 70 d.C. En vez de verlo como teniendo referencia a burladores que vendrían antes de una venida futura para liberar a Su pueblo Israel, el Preterista Jonathan Welton explica en su libro Raptureless: “se estaban burlando de los cristianos por creer que Jesús iba a traer juicio contra el Templo.” [3] Pero Pedro dice que, en aquel tiempo los cielos pasarán, y la Tierra será quemada. ¿Cómo explica esto Welton? Él no intenta explicar cómo los cielos hubieran podido pasar con gran estruendo en ese tiempo, pero él intenta argumentar que la referencia a “la tierra” siendo quemada, solamente se refiere a la tierra de Israel en el año 70 d.C. Él dice: “La palabra utilizada aquí para ‘tierra’ es ge, no kosmos. Ge es la palabra para ‘territorio,’ mientras que kosmos es la palabra para ‘todo el mundo.’ Esto no se trata de la destrucción del planeta tierra (kosmos), sino que se trata de la destrucción de la tierra de Israel (ge).” [4] Sin embargo, su argumento no tiene fundamento. Como explico con más detalle en mi libro Los Últimos Días ¿Pasados o Presentes?, a menos que el contexto claramente indique lo contrario, la palabra griega ge es el nombre propio de nuestro planeta, de la misma manera que la tierra en español normalmente significa el Planeta Tierra, especialmente cuando tiene el artículo definido. Además, cuando vemos la tierra mencionada en relación a los cielos, sabemos inmediatamente que se está refiriendo a todo el Planeta Tierra. Así que, esta exhortación a vivir piadosamente claramente tiene aplicación a toda la Iglesia y no solamente a los cristianos viviendo en Jerusalén antes del año 70 d.C. También, dice en 2Pedro 3:10 que los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos. El sentido obvio de “los elementos ardiendo” es que tiene referencia a la recreación de los cielos y la tierra. Sin embargo, eso no encaja con un cumplimiento en el año 70 d.C. ¿Cómo explica Welton esto? Increíblemente, él argumenta que los elementos que estarían ardiendo son los rudimentos de la Ley, mencionados por Pablo. [5] Si el contexto fuera indicar que Pedro estaba hablando de los ritos de la Ley, posiblemente con un poco de imaginación y creatividad podríamos interpretar “los elementos ardiendo” como teniendo referencia a la pasada de la Ley del Antiguo Pacto. Sin embargo, el contexto no es la Ley, sino los cielos y la tierra que serán derretidos y hechos nuevos en el día del Señor. El Anticristo y la Última Hora Antes de dejar el tema de los últimos días, me gustaría considerar un versículo que, como ha sido traducido en algunas versiones, podría llevarlo a uno a pensar que Juan pensaba que estaban viviendo en el último tiempo: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.” (1 Juan 2:18) Juan aparenta estar diciendo que la presencia de los maestros gnósticos anticristos indicaba que ellos estaban en la hora final, cuando el Anticristo profetizado iba a aparecer. Sin embargo, en el griego original, la frase “último tiempo” en ambas instancias es anartro (sin artículo), como lo vemos expresado en una traducción literal: “Hijitos, ya es una última hora, y según oísteis que el anticristo viene, así aún ahora muchos anticristos han surgido, por esto sabemos que es una última hora.” (1Juan 2:18 LITV) La ausencia del artículo en el griego no necesariamente constituye un sustantivo indefinido como en inglés, sino que enfatiza sus características o cualidades. Por lo tanto, lo que Juan estaba diciendo era que los tiempos que estaban viviendo tenían las características de la hora final, debido a la presencia de anticristos. Pero al mismo tiempo él deja en claro que el Anticristo aún no había llegado. Él no dijo que era la última hora, sino que parecía como si fuera la última hora. El erudito del griego Kenneth Wuest, expresa el verdadero sentido de 1Juan 2:18 en su traducción. Se lee así: “tiene las características de una última hora. Y así como han oído que el Anticristo viene, aún ahora muchos anticristos han surgido, y por eso conocemos que es característica de una última hora.” [6] Welton argumenta que el Anticristo no es un personaje venidero, sino un sistema de enseñanza. Él dice: “El Anticristo no es una persona; es un sistema de creencias, en específico, gnosticismo.” [7] Para argumentar esto, él tiene que establecer que la palabra anticristo no es un nombre propio, y por lo tanto no se refiere a una persona, sino a un sistema de creencias. Él argumenta lo siguiente: “La razón por que es con mayúscula A es porque los traductores injertaron la palabra el antes de la palabra anticristo, así haciendo el anticristo un nombre propio, que requiere una A mayúscula. La Iglesia primitiva había oído que anticristo (falsas doctrinas) iba a venir, pero ellos no habían oído que el Anticristo (un líder mundial) venía. La inserción de el y poniendo como Anticristo, mayúsculo, fue agregado 1.500 años más tarde por los traductores.” [8] En respuesta, solamente me gustaría señalar que el texto Bizantino, que representa la mayoría de los textos griegos existentes, aparece con el artículo definido, y por esa razón, el Anticristo correctamente aparece con el artículo definido y con la A mayúscula en la mayoría de las traducciones. Aun si uno fuera poner más peso en los pocos textos que excluyen el artículo, la ausencia del artículo no indica que no sea un nombre propio. Los nombres proprios a menudo aparecen en el texto griego sin el artículo. También, contrario a lo que dice Welton, vemos que la Iglesia primitiva entendió el Anticristo como un personaje que vendría en su futuro, y no simplemente un sistema de creencias. [9] Dado que ellos mismos hablaban en el griego y eran los más cercanos en tiempo a las enseñanzas de los Apóstoles, debemos de ser reticente a descontar su entendimiento del Anticristo. Conclusión En resumen, hemos visto que la mayoría de las profecías acerca de los postreros días, sean en el Antiguo Testamento, o en el Nuevo Testamento, todavía están por cumplirse. Por lo tanto, los últimos días no tienen referencia a la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. Viendo la situación en el mundo y las iglesias hoy en día, estoy convencido de que estamos en los últimos días y que Cristo viene pronto. Algunos dicen que esto no es un tema que vale la pena discutir. Sin embargo, estoy convencido de que, tal vez el engaño más grande de nuestros tiempos es la misma negación de que estamos viviendo en los postreros días, porque ha resultado en que nuestra generación hiciera caso omiso a las señales del fin y las advertencias acerca del engaño y apostasía en los tiempos finales. Nuestra generación, más que cualquier otra generación debe de estar vigilando, pero, en gran parte debido al Preterismo, muchos están dormidos. Para terminar, quiero dejar al lector con unos pasajes relevantes para su reflexión reverente – textos que son ignorados por muchos, pensando que no son para nosotros en este tiempo: “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” (2 Tim 4:2-5) “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia.” (1Tim 4:1-2) “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” (2 Tim 3:1-5) “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.” (2 Pedro 3:3-4) “Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes… 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.” (Mateo 24:23-25,27) “El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.” (Dan 12:9-10) Este blog fue tomado en parte de mi libro Los Últimos Días ¿Pasados o Presentes? [1] Gary Demar, Last Day Madness: Obsession of the Modern Church. [2]Aquí cito del NVI y no la Reina Valera porque correctamente traduce el hebreo shuwb “volverás” (futuro indicativo) en el versículo 30 en vez del condicional, “si volvieres.” De hecho, en el LXX esa palabra es futuro pasivo indicativo, “serán convertidos.” [3] Welton, Jonathan (2013-11-01). Raptureless: An Optimistic Guide to the End of the World - Revised Edition Including The Art of Revelation (Kindle Locations 2017-2018). BookBaby. Kindle Edition. [4] Welton, Jonathan (2013-11-01). Raptureless: An Optimistic Guide to the End of the World - Revised Edition Including The Art of Revelation (Kindle Locations 2042-2044). BookBaby. Kindle Edition. [5] Welton, Jonathan (2013-11-01). Raptureless: An Optimistic Guide to the End of the World - Revised Edition Including The Art of Revelation (Kindle Locations 2072-2190). BookBaby. Kindle Edition. [6] An Expanded Translation by Kenneth S. Wuest [7] Welton, Jonathan (2013-11-01). Raptureless: An Optimistic Guide to the End of the World - Revised Edition Including The Art of Revelation (Kindle Locations 2262-2263). BookBaby. Kindle Edition. [8] Welton, Jonathan (2013-11-01). Raptureless: An Optimistic Guide to the End of the World - Revised Edition Including The Art of Revelation (Kindle Locations 2268-2271). BookBaby. Kindle Edition. [9]Ireneo (160 a 230 d.C.)“Pero cuando este Anticristo habrá devastado todas las cosas de este mundo, el reinará por tres años y seis meses, y se sentará en el templo en Jerusalén; y entonces el Señor vendrá del cielo en las nubes, en la gloria del Padre…” “Porque él (el Anticristo) siendo revestido con poder del diablo, vendrá, no como un rey justo, ni como un rey legítimo, sujeto a Dios, sino un impío, injusto, y rebelde…” Tertuliano: (160 a 220 d.C.) “…y para que aquella gran ciudad de fornicación reciba de los diez reyes su perdición merecida, y para que la bestia, el Anticristo con su falso profeta haga guerra contra la Iglesia de Dios…”
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