por George Sidney Hurd
Unos anti Trinitarios dicen que la doctrina de la Trinidad no fue la creencia de los Padres de la Iglesia Primitiva hasta el siglo IV cuando, según ellos, fue formulado en el Concilio de Nicea en 325 d.C. Sin embargo, como espero demostrar en este blog, los Padres de la Iglesia entendieron la deidad como Trina desde el comienzo de la Iglesia. Es cierto que la forma en que expresaron la Trinidad al comienzo fue limitada a afirmaciones generales y no específicas. Sin embargo, conforme sus creencias fueron atacadas, primero por los Gnósticos y Modalistas, y después por los Arrianos en el siglo III, que negaban la plena deidad de Cristo y la persona del Espíritu Santo, sus palabras, por necesidad, llegaron a ser más precisas y específicas. Las siguientes citas de los Padres son solamente unas pocas de centenares, que dejan muy en claro que la Iglesia Primitiva creía en la Trinidad desde el tiempo de los Apóstoles. Ignacio (30 – 107 d.C.) “Dado que, también, solo hay un Ser no engendrado, Dios, el Padre; y un solo Hijo, Dios, la Palabra y hombre; y un Consolador, el Espíritu de la verdad.” [i] Aunque esta declaración es simplemente una afirmación general, enfatizando que solamente hay tres que son Dios, en oposición a los Gnósticos que creían que todos somos dioses, él, sin embargo, claramente menciona tres personas que son Dios. Al mismo tiempo, él enfatiza a través de su epístola que hay un solo Dios, así que, claramente no era Triteísta. Justino Mártir (100 – 165 d.C.) “Ni Abraham, ni Isaac, ni Jacobo, ni ningún otro hombre, vio al Padre e inefable Señor de todos y el Padre de Cristo, pero vieron Aquél que era según Su voluntad Su Hijo, siendo Dios y el Ángel, porque Él ministraba según Su voluntad; a quién le plació nacer como hombre por la virgen; quién también era el fuego cuando Él conversó con Moisés en la zarza. Dado que, a menos que así entendemos las Escrituras, tendríamos que concluir que el Padre no estaba en el cielo cuando sucedió lo que escribió Moisés: ‘Y el Señor llovió sobre Sodoma fuego y azufre del Señor desde el cielo’…y otra vez, cuando Él dijo: ‘El Señor dice a mí Señor, siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.’” [ii] En el contexto de esta cita, Justino está estableciendo que Jehová quien fue visto en las teofanías del Antiguo Testamento no era el Padre, sino Dios el Hijo; que el Ángel de Jehová en el Antiguo Testamento era de hecho el Hijo de Dios antes de Su encarnación; que cuando dice en Génesis 19:24 que Jehová hizo llover sobre Sodoma azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos, hacía referencia al Hijo que estaba con Abraham y el Padre que estaba en el cielo, así como en el Salmo 110:1 dice: “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” Demuestro que Jesús es Jehová del Antiguo Testamento en mi blog, Jesús es el Jehová Elohim del Antiguo Testamento, y también el Ángel de Jehová en mi blog, Las Cristofanías del Antiguo Testamento. “En el nombre (sing.) de Dios, el Padre y Señor del universo, y de nuestro Salvador Jesucristo, y del Espíritu Santo, ellos entonces reciben el lavamiento con el agua.” [iii] Hablando del bautismo en el agua, Justino Mártir está haciendo referencia a la fórmula bautismal dada por Jesús en Mateo 28:19, “bautizándolos en el nombre (sing.) del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Aunque son tres personas, a la vez son uno en nombre dado que son un solo Dios y no tres Dioses. Ignacio de Antioquia (murió 110 d.C.). “Hay un Médico que tiene tanto carne como espíritu; hecho y no hecho (engendrado y no engendrado), Dios existiendo en carne; verdadera vida en la muerte; tanto de María como de Dios; primero posible y entonces imposible, Jesucristo nuestro Señor…” [iv] Aquí Ignacio habla del Hijo de Dios como tanto engendrado de María, como no engendrado, como el Hijo eterno de Dios (engendrado y no engendrado, gennhtos kai agennhtos), Dios existiendo en carne. Esta es una afirmación clara de la Deidad eterna de Cristo. Aunque es otro tema, engendrado es de γεννάω (gennao), y no debe confundirse con γένος (genos) que significa “género.” Jesús es llamado el “único Hijo” (μονογενής, monogenes) del Padre, en vez de Su “unigénito Hijo” [v] La mayoría de las traducciones más recientes incluyen esta corrección. Ireneo (115-190 d.C.). “La Iglesia, aunque dispersa por todo el mundo, ha recibido de los apóstoles esta fe: …un Dios, el Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y del mar, y de todo lo que hay en ellos; y en un Cristo Jesús, el Hijo de Dios, que se encarnó para nuestra salvación; y en el Espíritu Santo, quien proclamó las dispensaciones de Dios por los profetas, y las venidas, y el nacimiento de una virgen, y la pasión y resurrección de entre los muertos, y la ascensión al cielo en la carne de Jesucristo, nuestro Señor el Amado, y Su manifestación del cielo en la gloria del Padre para ‘reunir a todos en uno’ y resucitar de nuevo la carne de toda la humanidad, para que a Cristo Jesús, nuestro Señor y Dios y Salvador y Rey, según la voluntad del Padre invisible, ‘cada rodilla se doble, de los que están en el cielo, y en la tierra y debajo de la tierra, y que cada lengua confiese a Él, y que Él ejecutara justicia hacia todos…” [vi] Además de la referencia obvia de Ireneo a la restauración final de todos, él dice que la Iglesia había recibido de los Apóstoles y los discípulos de los Apóstoles la creencia en un Dios el Padre, un Jesucristo y en el Espíritu Santo, tres personas distintas. Además, dice que Cristo Jesús es nuestro Señor y Dios. Esta cita contiene una alusión a 1Corintios 8:6 que dice: “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” Algunos Unitarios se han equivocado, pensando que Pablo aquí está diciendo que solamente el Padre es Dios. Sin embargo, tanto Jesús como el Espíritu Santo son llamados Dios en las Escrituras y, por lo tanto, ellos también son de la deidad. También dice que hay un Señor, y, sin embargo, sabemos que, tanto el Padre como el Espíritu Santo, son llamados Señor en las Escrituras. Pablo estaba hablando a los creyentes de los gentiles de Corinto que habían sido criados como politeístas y vemos en el contexto que su objetivo era enfatizar que para nosotros solo hay un Dios y un Señor, no muchos. Atenágoras, (133 – 190 d.C.) “¿Quién, entonces, no estaría sorprendido al oír los hombres llamados Ateos que hablan de Dios el Padre, y Dios el Hijo, y el Espíritu Santo, y declaran Su poder en unión y Su distinción en orden?” [vii] “…ellos conocen a Dios y a Su Logos, cual es la unidad del Hijo con el Padre, cual la comunión del Padre con el Hijo, cual es el Espíritu, cual es la unidad de estos tres, el Espíritu, el Hijo, el Padre, y Su distinción en unidad.” [viii] Aquí vemos en el siglo II ya una expresión clara de la unidad de la Deidad o la Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Como el hierro afila el hierro, los Padres llegaron a ser más específicos y precisos en su uso de términos conforme la doctrina de Dios fue atacada de diferentes frentes. En este tiempo la distinción de personas dentro de la Deidad fue enfatizada en respuesta a los Modalistas que negaban que el Dios único existe en tres personas, diciendo que el Padre, Hijo y Espíritu Santo son nada más tres formas en que el Dios único se manifestaba. Una versión contemporánea del Modalismo son los Pentecostales Unitarios, o Jesús Solo. Los cristianos en ese entonces fueron llamados Ateos porque no adoraban a los dioses paganos y no reconocieron al emperador como un dios. Tertulio (155 – 220 d.C.) “La conexión del Padre en el Hijo, y del Hijo en el Paracleto, produce tres Personas coherentes que, sin embargo, son distintos el Uno del Otro. Estas Tres son de una esencia, no una sola Persona, como dice, Yo y mi Padre uno somos en cuanto a la unidad de sustancia, no singularidad de número. Porque, así como la Palabra de Dios no es en realidad Aquél cuya Palabra Él es, de la misma manera el Espíritu (aunque se llama Dios) no es en realidad Aquél Espíritu que se dice que es de Él. Nada que pertenece a otro es en realidad la misma cosa que a lo que pertenece. Él los manda bautizarse en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, no a un Dios unipersonal.” [ix] En el tratado de Tertulio, Contra Praxeas, él no se está oponiendo al Arminianismo, o la negación de la deidad de Cristo y la persona del Espíritu Santo, porque no era un tema muy debatido, dado que Arrio no nació hasta después de la muerte de Tertulio. Tertulio estaba oponiendose el Modalismo de Praxeas quien, como Sabelio, enseñaba que Dios era un ser unipersonal con Padre, Hijo y Espíritu Santo siendo nada más tres modos o manifestaciones de una sola Persona. En su tratado, Tertulio usa la palabra “Trinidad” 15 veces y enfatiza la naturaleza trina de Dios. Él procura demostrar con varios ejemplos los absurdos que uno enfrenta leyendo las Escrituras como si Dios fuera un ser solitario en vez de ser Padre, Hijo y Espíritu Santo. Él dice a Praxeas: “Si quieres que crea que Él es tanto Padre como Hijo, muéstrame algún otro pasaje donde dice, ‘El Señor le dijo a Sí Mismo, Yo soy mi propio Hijo, hoy me he engendrado a Mí Mismo’… Por tu parte, sin embargo, tienes que hacerlo aparentar ser un mentiroso, un impostor, y uno que altera Su palabra, si, cuando Él era un Hijo de Sí Mismo, Él asignó el papel de Su Hijo a otro. Todas las Escrituras dan evidencia de la existencia de, y distinción de personas en la Trinidad, y de hecho nos da nuestra regla de fe. Él que habla, y Él de quien Él habla y a quién Él habla, de ningún modo pueden ser uno mismo.” [x] También, el responde a la acusación de que los Trinitarios son Triteístas, diciendo: “Tenga siempre en claro que esta es la regla de fe que poseo; por esa testifico que el Padre, y el Hijo, y el Espíritu son inseparables el uno del otro, y de esta manera sabrás en qué sentido digo esto: Ahora, observe, mi afirmación es que el Padre es uno, y el Hijo es uno, y el Espíritu uno, y que son distintos el uno del otro. Esta afirmación es mal entendida por todos los sin letra como también los mal dispuestos, como si implicara una diversidad, en el sentido como para implicar una separación entre el Padre, y el Hijo, y el Espíritu.” [xi] A pesar del hecho de que nosotros como Trinitarios afirmamos de manera enfática que somos Monoteístas que creemos que el único verdadero Dios es Trino en cuanto a Personas, hasta el día de hoy seguimos siendo mal representados como si fuéramos Triteistas, enseñando que el Padre, Hijo y el Espíritu Santo son tres Dioses. Orígenes (185-254 d.C.). “Pero en nuestro deseo de mostrar los beneficios divinos dados a nosotros por el Padre, Hijo, y Espíritu Santo, cual Trinidad es la fuente de toda santidad, hemos salido del tema de discusión acerca del alma… Sin embargo, con el permiso de Dios por medio de Jesucristo y el Espíritu Santo, pienso considerar más acerca del tema de todos los seres racionales…” [xii] Solamente en este tratado, de Principiis, Orígenes usa la palabra “Trinidad” para referirse a la Deidad más de 20 veces. Orígenes enfatizaba que el Espíritu Santo es una persona de la Trinidad y no nada más la fuerza impersonal o influencia de Dios. Él dijo: “…la persona del Espíritu Santo fue de tanta autoridad y dignidad, que el bautismo salvífico no es completo sin la autoridad de la Trinidad más excelsa de todos ellos, i.e., por nombrar el Padre, Hijo, y Espíritu Santo.” [xiii] En respuesta a aquellos que dicen que el Hijo de Dios fue creado, Orígenes dijo: “¿Cómo, entonces, puede ser afirmado que había un tiempo cuando Él no era el Hijo? Eso es como decir que había un tiempo cuando Él no era la Verdad, ni la Sabiduría, ni la Vida, a pesar de que en todas estos Él es la perfecta esencia de Dios el Padre; porque estas cosas no pueden ser separados de Él, o separadas de Su esencia. Y aunque estas cualidades son muchas, sin embargo, en su naturaleza y esencia son uno, y en ellos en la plenitud de la deidad. Ahora esta expresión que usamos – ‘que jamás hubo un tiempo cuando Él no existía’ – es de ser entendida con una aclaración. Porque estas mismas palabras ‘cuando’ y ‘jamás’ tienen un significado relacionado con el tiempo, mientras que las declaraciones acerca del Padre, Hijo, y Espíritu Santo tienen que ser entendidas como trasciendo todo tiempo, todas las épocas y toda la eternidad. Porque solamente es la Trinidad que excede la comprensión no solamente de la inteligencia temporal, sino incluso la inteligencia eterna; mientras otras cosas que no están incluidas en la Trinidad son medidas por tiempos y épocas.” [xiv] Hipólito de Roma, (170 – 235 d.C.) “¿Quién no diría que hay un solo Dios? Sin embargo, no por eso negará la economía.” “Entonces, si la Palabra era con Dios y también era Dios, ¿qué sigue? ¿Diría uno que hablo de dos Dioses? Claro que no hablo de dos Dioses, sino de uno. Hablo de dos personas, sin embargo, y de una tercera economía – la gracia del Espíritu Santo…la economía de armonía resulta en un solo Dios. Porque Dios es uno. El Padre que manda, el Hijo que obedece y el Espíritu que da entendimiento.” [xv] Los Padres Griegos usaban la palabra οἰκονομία “economía o dispensación” para describir la relación eterna económica entre las personas de la Trinidad. Mientras que son uno en cuanto a su naturaleza esencial y sus atributos, y coeternos y coiguales, su relación entre sí es distinta. En ese sentido, Jesús podría decir que el Padre era mayor que Él, aunque ambos son el único Dios Todopoderoso (Apo 1:8, cf. 11:17). El Hijo eternamente ha sometido en amor al Padre, y el Espíritu Santo siempre lleva a cabo la voluntad del Padre y el Hijo. Cipriano de Cartago (210 – 258 d.C.) “Y del Padre, Hijo, y Espíritu Santo está escrito: ‘Y los tres son Uno.’” [xvi] Aquí vemos a Cipriano citando lo que se conoce como la Coma de 1Juan 5:7 que dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.” Aunque muchas traducciones modernas excluyen la Coma, para mí, hay varios argumentos a favor de considerarla como habiendo sido parte del texto original. Aquí Cipriano está citando la Coma cien años antes del manuscrito griego más antiguo que tenemos de 1Juan, y lo cita como si fuera un texto conocido en la Iglesia en ese tiempo. La autenticidad de 1Juan 5:7 no fue severamente debatida hasta el siglo XIX. Es cierto que solamente hay unos pocos manuscritos griegos que incluyen la Coma, aunque aparece en la mayoría de los manuscritos en latín. Sin embargo, hay motivo de creer que fue removida de los textos griegos de la Iglesia Ortodoxo Griega Oriental bajo presión de los Arrianos, solo siendo retenida en los textos en latín de la Iglesia Occidental. La Iglesia Ortodoxa Oriental estaba luchando contra el Sabelianismo Modalista en ese tiempo, y la Coma, siendo uno de los textos favoritos de los Sabelianos, puede haber hecho que estuvieran más propensos a aceptar a excluirla. Es significativo que no hay mención de alguien insistiendo en que la incluyeran en las Escrituras antes del concilio de Nicea. Solo tenemos evidencias de que los Arrianos insistían en que Gregorio la quitara, lo que implica que originalmente era parte del original y solo después fue removida. Si alguien desea investigar esto más a fondo, Dr. C. H. Pappas, ThM, presenta sus argumentos a favor de su inclusión en su libro, In Defense of the Authenticity of 1 John 5:7. Alejandro, Obispo de Alejandría (273 – 326 d.C.) “Cuando los santos profetas, y todos, como he dicho, que andaban recta y justamente en la ley del Señor, junto con todo el pueblo, celebraban una Pascua, el Creador y Señor de toda criatura visible e invisible, el Hijo unigénito y el Verbo coeterno con el Padre y el Espíritu Santo, y de la misma sustancia con ellos, según Su naturaleza divina, nuestro Señor y Dios, Jesucristo.” [xvii] Aquí otra vez vemos otro Padre antes del Concilio de Nicea diciendo que el Hijo es coeterno con el Padre y el Espíritu Santo, compartiendo la misma esencia o sustancia. Conclusión Todas estas citas son de Padres prominentes de la Iglesia que vivían mucho antes del concilio de Nicea en 325 d.C. Es cierto que, conforme falsas doctrinas entraron en la Iglesia, llegó a ser necesario que los Padres se reunieran para contrarrestarlas con credos eclesiásticos formales. Sin embargo, como hemos visto, la Trinidad era la doctrina de la Iglesia desde los tiempos de los Apóstoles. [i] The Epistle of Ignatius to the Philadelphians Chapter IV [ii] Justin Martyr, Dialogue with Trypho, chapter 127 [iii] Justin Martyr First Apology, chapter 61 [iv] Ignatius, commentary on Ephesians, chapter 7 [v] https://mindrenewers.com/2014/12/16/the-meaning-of-only-begotten/ [vi] Against Heresies, Book 10, chapter 1 [vii] Athenagoras. The Sacred Writings of Athenagoras (p. 10). Jazzybee Verlag. Kindle Edition. [viii] Athenagoras. The Sacred Writings of Athenagoras (pp. 11-12). Jazzybee Verlag. Kindle Edition. [ix] Tertullian, Against Praxeas, chapter 25 [x] Tertullian, Against Praxeas, chapter 11 [xi] Tertullian, Against Praxeas chapter 9 [xii] Origen, De Princiipiis, book 1, chapter 4.2 [xiii] Origen, De Princiipiis, book 1, chapter 3.2 [xiv] Origen, De Princiipiis, book 4, chapter 28 [xv] https://www.amazon.com/Apostolic-Tradition-Hippolytus-Popular-Patristic-ebook/dp/B084DXNNYW [xvi] St. Cyprian, De Lapsis, The Unity of the Catholic Church, chapter 6 [xvii] Epistles on the Arian Heresy and the Deposition of Arius. Chapter 1.7
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