por George Sidney Hurd Lo siguiente fue tomado del libro, El Triunfo de la Misericordia. “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.” (Lucas 16:19-31) Esta parábola de Jesús es consistente con lo que afirman los universalistas bíblicos porque ellos reconocen que los injustos pasarán por fuegos purificadores al morir. Lo que Jesús no dice aquí es lo que los tradicionalistas mantienen - que el tormento es eterno. Algunos citan el versículo 26 donde Abraham dice que hay una gran sima separándolos que no permite el paso. Pero no dice que la separación es eterna. Cuando uno está sirviendo condena en una prisión es muy similar a la situación en la que se encontró el hombre rico. Un preso puede recibir visitas y conversar con ellos, igual como vemos aquí, pero mientras que esté preso hay un gran muro y ellos no pueden pasar a donde está él, y él no puede pasar a donde están ellos. Solo pueden comunicarse con un teléfono través de un vidrio antibala. Pero una vez servida su condena él es libre de pasar al otro lado con los demás. Es como cuando Jesús dijo: “No saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.” (Mt 5:26; Lucas 12:59). Hay mucha diferencia entre decir “no saldrás de allí” y “no saldrás de allí hasta que…” Es necesario comparar todas las enseñanzas de Jesús acerca del castigo para tener un entendimiento más completo del tema. Tenemos que ver esta parábola tomando en cuenta otras enseñanzas de Jesús donde habla de duración: “no saldrás de allí hasta que”, “tendrán su parte” y “muchos azotes o pocos azotes.” (Lucas 12:47). También es probable que las descripciones del fuego y la lengua seca del hombre rico sean expresiones metafóricas y no literales. El mendigo Lázaro no estaba literalmente en el seno de Abraham. Son descripciones de dos condiciones espirituales distintas en el Hades (mundo invisible de los muertos). Los fariseos usaban la expresión “seno de Abraham” en referencia al paraíso. También la parábola presenta a los que están en el paraíso observando a las personas que ellos conocen, siendo atormentados en las llamas y hablando con ellos. Si eso fuera el caso en un sentido literal, el paraíso no sería un paraíso. Esta parábola es la quinta en una serie de cinco parábolas, las anteriores siendo La oveja perdida (15:3-7), La moneda perdida (15:8-10), El hijo pródigo (15:11-31), y El mayordomo infiel (16:1-14). Unos argumentan que no es una parábola porque comienza como una historia real; “Había un hombre rico”. Pero la parábola del mayordomo infiel comienza exactamente igual; “Había un hombre rico”. También la parábola del hijo pródigo comienza como una historia diciendo: “Un hombre tenía dos hijos”. La parábola del sembrador comienza como una historia también: “El sembrador salió a sembrar”, pero sabemos que es una parábola porque Mateo aclara que es una parábola (Mt 13:3). Tomado como una historia real y no una parábola, ¿qué clase de paraíso sería eso? ¿Podrías ser consolado en el seno de Abraham viendo a los que amas atormentados en llamas y oyendo sus gemidos y súplicas interminables para misericordia? Para mí eso sería inconcebible. Eso sería un tormento también para los que están en el paraíso, a menos que Dios fuera quitarle todo sentido de amor y compasión de sus corazones. Esta serie de parábolas fue la respuesta de Jesús a los fariseos y escribas cuando lo criticaron por recibir pecadores: “Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, 2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.” (Lucas 15:1-2) Todas estas parábolas están dirigidas, no a los publicanos y pecadores que se acercaban para oírle, sino a los fariseos y escribas que se consideraban santos y menospreciaban a los demás. La parábola del hombre rico y el mendigo Lázaro fue como decir lo mismo que les había dicho en otra ocasión: “De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.” (Mt 21:31). Él no dice en la parábola que nunca entrarían, solamente que las personas que ellos menospreciaban, como el mendigo, las prostitutas, publicanos y pecadores, irían delante de ellos al reino de Dios. En esta parábola Jesús tomó un cuento folklórico de origen griego bien conocido por ellos, pero cambió los papeles de los personajes de la historia. En la historia original, murieron un publicano rico llamado Bar Ma’jan y un escriba pobre. El escriba pobre fue al paraíso, pero Bar Ma’jan estaba en tormentos al lado de un río deseando tomar de su agua, pero sin poder alcanzarlo. [i] Había al menos siete cuentos folklóricos parecidos circulándose entre los judíos en los tiempos de Jesús en donde los papeles cambiaban de esa manera al morirse. [ii] A los fariseos y los escribas les ha de haber gustado este cuento porque los presentaba como los merecedores del paraíso mientras que los publicanos que ellos menospreciaban eran atormentados. Pero Jesús cambió la historia, presentándoles a ellos con su vestimenta púrpura y lino fino como los malos en el cuento, y los pecadores, publicanos y mendigos como Lázaro siendo recibidos en el paraíso. Esta parábola fue dirigida específicamente a los fariseos y escribas. Jesús no quería que entendiéramos con esta parábola que todos los mendigos van al paraíso o que todos los ricos van a ser atormentados en las llamas. Tampoco fue intencionado para ser entendido como una descripción del paraíso o del infierno. Solo era una parábola para dejar expuesta la hipocresía de los fariseos y escribas. [i] George W. Sarris article The Rich Man and Lazarus. http://www.georgewsarris.com [ii] Edward William Fudge The Fire that Consumes, i Universe.com inc. 2001 p. 203
0 Comments
Leave a Reply. |
CategorÍAs_____________
La Infalibilidad de la Biblia
El Amor de Dios
El Temor de Dios
La Cuestión del Mal
Entendiendo la Expiación
Homosexualidad y la Biblia
Reencarnación
El Teísmo Abierto
Respuestas a Objeciones:El Plan Glorioso de Dios
La Manifestación de los Hijos de Dios
¿Ha Rechazado Dios a Su Pueblo Israel?
La Trinidad y la Deidad de Cristo
La Preexistencia Eterna de Cristo
Preterismo vs. Futurismo
La Doctrina de 2 Evangelios
|