
por George Sidney Hurd
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“A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.” (Mt 26:24)
Muchos entienden este pasaje en el sentido de que hubiera sido mejor que Judas nunca hubiera llegado a existir o nunca hubiera sido concebido, pero lo que dice es: “bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.” En otras palabras, le hubiera ido mejor si fuera un abortivo. En Eclesiastés 6:3 dice: “Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.” Un abortivo es uno que no nació, aunque fue concebido. Entendemos que un niño abortivo va al cielo sin tener que enfrentar el juicio. Mientras que es cierto que un abortivo pierde la gran oportunidad de la vida terrenal, si uno vive una vida vacía sin cumplir los propósitos de Dios en su vida, le hubiera sido mejor ser un abortivo e ir al cielo antes de nacer. Así que, cuando dice que hubiera sido mejor que Judas no hubiera nacido, está diciendo que le hubiera sido mejor morir como un abortivo que sufrir las consecuencias de sus malas decisiones tomadas en su vida terrenal. No está diciendo que le hubiera sido mejor nunca haber existido, como muchos piensan.
Jesús utilizó la misma expresión que usa Salomón en Eclesiastés 4:2-3. En este pasaje Salomón explica por qué él consideraba que era mejor que uno no hubiese nacido:
“Y consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven, 3 aunque en mejor situación están los que aún no han nacido (gínomai LXX), los que no han visto aún la maldad que se comete en esta vida.” (NVI)
La razón que da Salomón, explicando por qué hubiera sido mejor no haber nacido, es por la maldad que uno tiene que enfrentar en esta vida. Él solo habla de esta vida. No dice nada de la experiencia de uno después de morir. Seguramente, Judas hubiera preferido no haber nacido cuando se dio cuenta como había sido usado por Satanás para traicionar al Salvador, derramando Su sangre inocente. Cuando se dio cuenta de lo que Satanás había hecho por medio de él, se negó a aceptar el pago y tiró el dinero a los pies de los sacerdotes y ancianos. Entonces, deseando no haber nacido, se fue y se ahorcó.
Según la tradición, hubiera sido mejor que la gran mayoría de la humanidad nunca hubiera existido, dado que, según ellos, serán atormentados por toda la eternidad en el infierno. También la tradición dice que todos los que se suicidan van a un infierno eterno y como Judas se suicidó, le hubiera sido mejor nunca haber existido. Pero en las Escrituras hay silencio absoluto sobre el destino de los que se suicidan. Así que, a mi forma de pensar, nosotros no debemos de presumir saber lo que Dios no ha revelado. Si queremos hacer un pronunciamiento acerca del suicidio, creo que estamos más seguros en citar las palabras de Jesús cuando dijo: “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres” (Mt 12:31).
Este blog fue tomado de mi libro El Triunfo de la Misericordia
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“A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.” (Mt 26:24)
Muchos entienden este pasaje en el sentido de que hubiera sido mejor que Judas nunca hubiera llegado a existir o nunca hubiera sido concebido, pero lo que dice es: “bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.” En otras palabras, le hubiera ido mejor si fuera un abortivo. En Eclesiastés 6:3 dice: “Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.” Un abortivo es uno que no nació, aunque fue concebido. Entendemos que un niño abortivo va al cielo sin tener que enfrentar el juicio. Mientras que es cierto que un abortivo pierde la gran oportunidad de la vida terrenal, si uno vive una vida vacía sin cumplir los propósitos de Dios en su vida, le hubiera sido mejor ser un abortivo e ir al cielo antes de nacer. Así que, cuando dice que hubiera sido mejor que Judas no hubiera nacido, está diciendo que le hubiera sido mejor morir como un abortivo que sufrir las consecuencias de sus malas decisiones tomadas en su vida terrenal. No está diciendo que le hubiera sido mejor nunca haber existido, como muchos piensan.
Jesús utilizó la misma expresión que usa Salomón en Eclesiastés 4:2-3. En este pasaje Salomón explica por qué él consideraba que era mejor que uno no hubiese nacido:
“Y consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven, 3 aunque en mejor situación están los que aún no han nacido (gínomai LXX), los que no han visto aún la maldad que se comete en esta vida.” (NVI)
La razón que da Salomón, explicando por qué hubiera sido mejor no haber nacido, es por la maldad que uno tiene que enfrentar en esta vida. Él solo habla de esta vida. No dice nada de la experiencia de uno después de morir. Seguramente, Judas hubiera preferido no haber nacido cuando se dio cuenta como había sido usado por Satanás para traicionar al Salvador, derramando Su sangre inocente. Cuando se dio cuenta de lo que Satanás había hecho por medio de él, se negó a aceptar el pago y tiró el dinero a los pies de los sacerdotes y ancianos. Entonces, deseando no haber nacido, se fue y se ahorcó.
Según la tradición, hubiera sido mejor que la gran mayoría de la humanidad nunca hubiera existido, dado que, según ellos, serán atormentados por toda la eternidad en el infierno. También la tradición dice que todos los que se suicidan van a un infierno eterno y como Judas se suicidó, le hubiera sido mejor nunca haber existido. Pero en las Escrituras hay silencio absoluto sobre el destino de los que se suicidan. Así que, a mi forma de pensar, nosotros no debemos de presumir saber lo que Dios no ha revelado. Si queremos hacer un pronunciamiento acerca del suicidio, creo que estamos más seguros en citar las palabras de Jesús cuando dijo: “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres” (Mt 12:31).
Este blog fue tomado de mi libro El Triunfo de la Misericordia