por George Sidney Hurd -- En la primera parte de esta serie sobre la expiación hice énfasis en la importancia de una definición correcta de la expiación. Vimos que el significado principal de la palabra kippur es expiación de los pecados por el sacrificio de un sustituto, en vez de at-one-ment o reconciliación que es el significado literal de la palabra atonement que usaron para traducir kippur en inglés. Esta traducción inapropiada de kippur ha dado lugar a la negación de la Expiación Sustitutivo Penal de Cristo por sus antagonistas. En la segunda parte vimos que los Padres Primitivas de la Iglesia unánimemente describieron el Siervo Expiatorio de Isaías 53 como llevando en Sí Mismo la justa pena debida a nosotros por nuestros pecados como nuestro sustituto. En la la tercera parte demostré que la terminología a través de Isaías 53 es la de sustitución penal. Aquí voy a enfocar en la aseveración de algunos que la justicia de Dios no es de ninguna manera forense o legal en naturaleza, sino netamente relacional y por lo tanto simplemente puede pasar por alto la justicia sin necesidad de satisfacerla por medio de la muerte de expiación sustitutiva de Cristo. Aunque es innegable que las relaciones son de suma importancia para Dios, uno no puede tener comunión con el Dios de toda justicia a la subversión de la justicia. En las Escrituras vemos que Dios es inmutable en Su justicia y verdad. Así como es imposible que Dios mienta, de la misma manera es imposible que Dios actuara de una manera contraria a Su justicia. Se dice que la Justicia y el juicio son el cimiento de su trono y que de ningún modo tendrá por inocente al culpable (Sal 97:2; Num 14:18; Pro 11:21; Ex 34:7). Esto crea un dilema que no tiene solución aparte de la verdad del evangelio de que Dios Mismo en Su amor llevó en Sí Mismo la justa pena debido a nosotros por nuestros pecados en la persona de Cristo. Keith Giles, que se opone a la doctrina de la Expiación Sustitutiva Penal de Cristo, en vez de ella presentando un evangelio de la justicia social basado en el modelo Ejemplo Moral de la expiación, insiste que es necesario ir a los cuatro Evangelios si queremos saber en qué consiste el evangelio. [1] Sin embargo, lo que él no toma en cuenta es que el evangelio antes de la cruz no podía incluir la expiación, excepto en anticipación. No fue hasta el final de Su ministerio que Jesús hizo expiación, derramando a Su propia sangre en la cruz para remisión de los pecados (Mt 26:28). La plena revelación del evangelio de la muerte de expiación de Cristo, Su sepultura y resurrección es dada a nosotros principalmente a través de Pablo (Ef 3:2-6; Rom 16:25-26). Y en ninguna otra epístola es presentado el evangelio de una manera tan claro como en la epístola a los Romanos. Romanos contiene la presentación del evangelio más clara, comprensiva y sistemática de todo el Nuevo Testamento. Martín Lutero dijo de Romanos que es “la parte principal del Nuevo Testamento y contiene el evangelio en su forma más pura.” William Tyndale, quien fue el primero en traducir la Biblia al inglés, llamó a Romanos “la luz y camino de entrada a todas las Escrituras.” Romanos 1 a 8 constituye la principal parte doctrinal de la epístola. En 1:16-17 Pablo presenta lo que él va a desarrollar a través de su epístola, diciendo: “A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. 17 De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: ‘El justo vivirá por la fe.’’’ Creo que la NBLH traduce mejor lo que Pablo estaba diciendo en la frase final. Dice: “mas el justo por la fe vivira (Ὁ δὲ δίκαιος ἐκ πίστεως ζήσεται).” En otras palabras, la justicia que lleva a la vida es la justicia que uno recibe por la fe, no una justicia que uno intenta alcanzar por medio de las obras. En estos capítulos todo el evangelio es revelado progresivamente en cuatro etapas: 1) condenación, 1:18 a 3:20; 2) justificación, 3:21 a 5; 3) santificación, 6:1 a 8:17, y finalmente 4) glorificación, 8:18-25. Entonces en 8:31 hasta el final del capítulo 8 él resume aplicando estas cuatro verdades comenzando con, “¿Qué pues diremos a estas cosas?...” Términos Forenses Debido a que Pablo comienza demostrando que todos están culpables y condenados ante Dios antes de introducir el evangelio de la justificación gratuita de Dios mediante la redención que es en Cristo Jesús, él utiliza una gran abundancia de términos forenses o legales, especialmente en los primeros cinco capítulos. En los primeros tres capítulos él asemeja mucho a un fiscal, presentando a todos, tanto gentiles como judíos, culpables ante el tribunal divino y digno de la pena de la muerte. Recuerdo muy bien la primera vez que leí Romanos como un nuevo creyente. Como no entendí la progresión de la argumentación de Pablo, al llegar al capítulo 3 verso 20 me sentí culpable como acusado y comencé a preguntarme si había esperanzas para mí. No puedo describir el gozo y paz que sentí al continuar leyendo los próximos versículos que decían: “PERO AHORA, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo JUSTIFICADOS GRATUITAMENTE POR SU GRACIA, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” (Rom 3:21-24). En los primeros tres capítulos Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, nos convence de nuestro pecado y culpa para que busquemos la misericordia y perdón del Señor. Él demuestra que todos estamos bajo condenación para que estemos dispuestos a recibir con gratitud Su regalo gratuito de la justificación en Cristo. Después en 11:32 Pablo resume diciendo: “Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.” Pablo primero establece la realidad de que todos estamos bajo desobediencia y necesitados de la misericordia de Dios. Nadie busca Su misericordia hasta primero estar consciente de su culpa y necesidad de ella. Ninguno busca Su justificación sin primero entender que están condenados delante de Dios. Nadie busca ser salvo hasta estar consciente de que están perdidos y necesitados del Salvador. Finalmente todos habrán sido convencidos de su propia desobediencia y culpabilidad mirándolo al Señor para recibir Su salvación. Algún día toda rodilla habrá doblada y cada lengua confesada a Jesucristo como Señor. Unos, como los fariseos religiosos o los saduceos liberales que confían en su propia justicia, serán los últimos en reconocer su propio pecado y culpa, buscándole al Señor para Su misericordia (Mt 21:31). Pero como Pablo indica en Romanos 11:32, con el tiempo, todos habrán reconocido su propia desobediencia, buscándole al Señor para misericordia. Los opositores de la doctrina de la Expiación Sustitutiva Penal de Cristo a menudo niegan que la justicia de Dios es de manera alguna punitiva o retributiva, a pesar de las muchas declaraciones en las Escrituras al contrario (Rom 12:19; 13:4; 2Tes 1:8; Heb 10:30, etc.). Por ejemplo, Brian Zahnd niega cualquier forma de justicia retributiva en Dios diciendo: “La única cosa que Dios llamará justicia es restaurar al mundo.” Igual como muchas de las afirmaciones de ellos, eso es una verdad a medias. Las Escrituras están de acuerdo con lo que afirma, pero no con lo que niega. Mientras es cierto que la justicia de Dios finalmente restaurará a todos, no es cierto que la justicia de Dios jamás es retributiva. Demuestro la naturaleza retributiva y restaurativa de la justicia de Dios en mi blog, La Justicia de Dios. Quizás en ningún otro lugar en las Escrituras es presentada la justica retributiva de Dios de una manera tan clara como en Romanos. Para poner en perspectiva qué tan central el elemento legal o forense es en la epístola de los Romanos, he formulado la siguiente lista de palabras utilizadas por Pablo en Romanos que tienen connotaciones forenses o judiciales. La palabra griega para “judicial” es dikastikós. Sus múltiples cognados como dikaiosúne “justicia,” dikaioma “justo juicio” and dikaiosis “justificación o absolución,” aparecen 66 veces en Romanos, una de las cuales es hupódikos que significa “bajo condena, culpable, condenado.” La frase “el juicio de Dios” (krima tou theou) ocurre 4 veces, con la palabra “juicio” (krima) y sus cognados siendo empleadas 31 veces, 7 de las cuales son katákrima y katakríno que significan “condenación o juicio adverso.” La palabra orgé, o “ira” aparece 12 veces, 10 de los cuales tienen referencia a la ira de Dios. Según el léxico griego de 10 tomos de Kittel, la palabra orgé a menudo fue utilizada con referencia a la “actitud legítima de un gobernante que tiene que ejecutar la justicia, y conlleva el significado de “castigo,” así como aparece aquí en Romanos. [2] También vemos otras palabras forenses más que son utilizados por Pablo, como egkaléo katá, que es un término forense que significa “criminar, presentar un cargo contra.” También vemos logízomai, que significa “imputar o contar como,” siendo utilizada 13 veces en referencia a la justicia de Cristo que es imputada a los que creen. Si eso no fuera suficiente, la palabra “ley” (nómos) ocurre un total de 74 veces en Romanos, y parábasis y sus cognados que significan “transgresión o violación de la ley” son utilizadas 14 veces. ¡Todos juntos los términos forenses y transaccionales ocurren un total de 233 veces en Romanos! A la luz de todo esto, para mí parece irrazonable seguir insistiendo que la sustitución penal no es enseñada en las Escrituras y que es nada más el invento de la mente legal de Calvino. Ninguna otra religión en el mundo se basa tanto en la ley y la justicia como la fe judía/cristiano. Lo siguiente es una lista de los términos forenses utilizados en Romanos junto con las referencias a los pasajes más relevantes. dikaiosúne – justicia (34 veces, la frase δικαιοσυνη θεου “justicia de Dios” ocurre 6 veces (Rom 1:17; 3:5,21,22; 10:3,3b) dikaiokrisía – justa pena, justo juicio (Rom 2:5) dikaioma – justo juicio, justa ordenanza o requisito, acción justa, justificación (5 veces: Rom 1:32; 2:26; 5:16,18; 8:4) dikaióo – justificar (16 veces, 14 veces con referencia a Dios justificando a los hombres (Rom 3:20,24,26,28,30; 4:2,5; 5:1,9; 6:7; 8:30,30b; 8:33) dikaíosis – justificación, absolución (2 veces: Rom 4:25; 5:18) hupódikos – culpable, condenado, sujeto a sentencia (Rom 3:19) ekdíkesis – la plena ejecución de la justicia, venganza (Rom 12:19) adikía– injusticia (7 veces: Rom 1:18,18b, 29; 2:8; 3:5; 6:13; 9:14) ádikos – injusto (Rom 3:5) ******** kríno – juzgar (18 veces, 4 veces con referencia a Dios juzgando según Su ley: Rom 2:12; 3:4,6,7) kríma – juicio (6 veces: Rom 2:2-3; 3:8; 5:16; 11:33; 13:2) katákrima – juicio contra, condenación (3 veces: Rom 5:16,18; 8:1) katakríno – condenar (4 veces, 2 con referencia a la condenación de Dios: (Rom 8:3,34) eglaléo katá – criminar, presentar un cargo contra (Rom 8:33) orgé – ira (12 veces: (Rom 1:18; 2:5,5b,8; 3:5; 4:15; 5:9; 9:22,22b; 12:19; 13:4-5) thumós – enojo apasionado, ira, indignación (Rom 2:8) anapológetos – sin defensa o justificación (2 veces: Rom 1:20; 2:1) nómos – ley (74 veces Rom 2:12,13) anómos – anárquico, sin ley (2 veces: Rom 2:12,12b) parabátes – transgressor de la ley (2 veces: Rom 2:25,27) parábasis – transgresión, violación de la ley (3 veces: Rom 2:23; 4:15; 5:14) paráptoma – transgression, ofensa – antítesis a justificación (9 veces: Rom 4:25; 5:15,15b,16,17,18,20; 11:11-12) logízomai – imputar, contar como (18 veces, 12 veces con referencia a la justicia imputada: Rom 4:3,4,5,6,8,9,10,11,22,23,24; 6:11) Examinando los contextos claves donde estas palabras aparecen dejan aún más en claro la naturaleza forense de la expiación de Cristo. Con tal de ser breve solo voy a examinar a unos pocos. Declarado culpable bajo el Juicio de Dios (Rom 3:19) Pablo dedica la mayor parte de los primeros tres capítulos estableciendo que todos, tanto judíos como gentiles, están culpables y condenados bajo el juicio de Dios. Él demuestra que los gentiles, aunque no tienen la ley, serán juzgados por la misma regla, dado que ellos tienen la ley escrito en sus corazones, su consciencia acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, dejándolos sin excusa (Rom 2:14-15; 1:20). Él dice que los gentiles saben intuitivamente que aquellos que practican el pecado “son dignos de muerte,” pero ellos suprimen la verdad en su propia injusticia (Rom 1:32,18). Entonces en 3:19-20 él hace su declaración de cierre donde presenta el mundo entero como condenado bajo el juicio de Dios sin posibilidad de ser justificado por sus obras: “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo (hupódikos, lit. ‘culpable, condenado’) el juicio de Dios; 20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado (dikaióo) delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” (Rom 3:19-20) Pablo dice que toda la humanidad está condenada (hupódikos) bajo el juicio de Dios. Cuando llega el día del juicio, ningún ser será justificado o declarado justo (dikaióo) delante de Dios por haber guardado la ley. Estos términos claramente son forenses: culpable es antónimo con inocente o no-culpable – no ser justificado delante de Dios es ser condenado (c.f. Jn 3:18). Declarado Justo – Justificado por la Gracia aparte de las Obras (Rom 3:21-24) Inmediatamente después de demostrar que todo el mundo es culpable y condenado delante de Dios sin posibilidad de auto-justificación, Pablo revela una justicia que viene de Dios gratuitamente por Su gracia para todos los que creen/reciben. A continuación, dice: “PERO AHORA, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios (o ‘una justicia que proviene de Dios,’ dikaiosúne theoú), testificada por la ley y por los profetas; 22 la justicia de Dios (dikaiosúne theoú) por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados (dikaióo) gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” (Rom 3:21-24) Creo que dikaiosúne theoú aquí es mejor traducido como “una justicia que proviene de Dios” y no “la justicia de Dios.” En el contexto no se refiere al atributo moral de Dios, sino más bien una justicia que proviene de Dios como regalo por medio de la fe en Jesucristo. La palabra “justicia” aquí aparece sin artículo (una justicia), y considerando el contexto, es mejor entendido como genitivo de origen, “una justicia que proviene de Dios,” en vez de un genitivo de posesión, “justicia de Dios.” De las 7 veces que esta frase aparece en el Nuevo Testamento, 5 refieren a una justicia proveniente de Dios, la justicia de Cristo que es imputada o puesta a la cuenta de (logízomai) los que creen (Rom 1:17; 3:21; 3:22; 10:3,3b). Otras traducciones, como la Biblia Tyndale (Tyndale Bible) de 1526 y la Biblia Weymouth también lo traducen como genitiva de origen. Dado que el enfoque principal de Romanos es sobre la justicia de Cristo que es imputada a los que creen, la única instancia donde “la justicia de Dios” refiere al atributo moral de Dios es en Romanos 3:5 donde Pablo todavía está haciendo contraste con la justicia de Dios y nuestra injusticia. Explicación cómo Dios puede justamente justificar al Impío (Rom 3:24-26 Especialmente para un judío familiar con la ley de Dios, pero también para los demás viviendo dentro de Imperio Romano siendo una de las sociedades más basadas en la ley y la justicia, los lectores originales hubieran querido una explicación cómo Dios podría ser justo y al mismo tiempo justificar al impío. Después de declarar que la justicia de Dios viene a los pecadores aparte de la ley por medio de la fe, él sigue con una explicación cómo la justificación gratuita fue hecho posible para pecadores. Él dice: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención (apolútrosis) que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso (protíthemai, ‘exhibió públicamente’) como propiciación (hilastérion) por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Rom 3:24-26) Pablo explica que Dios puede justificarnos por medio de la redención de Cristo. La palabra apolútrosis, “redención,” es una forma enfática de lútrosis que significa “poner en libertad pagando un precio redentivo.” [3] Nuestra esclavitud era al pecado y su pena, la muerte (Rom 6:22-23). Nuestra redención incluye “el perdón de pecados,” la “redención de las transgresiones” (Ef 1:7; Heb 9:14-15). Cristo se hizo maldición por nosotros para redimirnos (exagorázo) [4] de la maldición de la ley que estaba sobre nosotros debido a nuestras transgresiones contra ella (Gal 3:13-14). Hay mucho debate acerca de a quién fue pagado el precio de nuestra redención. Sin embargo, para mí, las Escrituras claramente indican que el precio le fue pagado a Dios Mismo. Cristo se ofreció a Sí Mismo “a Dios…para la redención (apolútrosis) de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto.” (Heb 9:14-15). Fue en el lugar santísimo celestial que Cristo entró con Su propia sangre, así obteniendo nuestra redención eterna (Heb 9:12). Sin embargo, aunque la sangre redentora de Cristo fue presentado a Dios como el precio redentivo por nuestros pecados, también vemos que Dios al mismo tiempo nos redimió para Sí Mismo con ese mismo sacrificio de sangre (1Cor 6:20). ¿Cómo podría haber pagado el precio redentivo a Dios a la vez que fue Dios quien nos compró para Sí Mismo? Fue contra la propia justicia inmutable de Dios que habíamos transgredido. El pago del pecado es la muerte (Rom 6:23). Fue por nuestra desobediencia que caímos bajo el poder del pecado y la muerte. Para poder librarnos de la pena y dominio del pecado, la justicia de Dios primero tuvo que ser satisfecha. Como la pena del pecado es la muerte y todos hemos pecado, el hombre fue incapaz de revertir su propia condición. Pero Dios se hizo carne en la persona del Hijo y derramó Su propia sangre inocente como nuestro sustituto y cabeza representativa, así obteniendo para nosotros la redención y revertiendo la maldición que trajo sobre nosotros por la transgresión de Adán (Rom 5:15-19). Como nuestra Cabeza y Pariente Redentor, Cristo pagó la justa pena que la justicia inmutable de Dios requería por nuestras pecados y transgresiones a la vez que nos compró con Su propia sangre (Hch 20:28). Exhibido Públicamente como Propiciación por Su Sangre (Rom 3:25-26) Los versículos 25 y 26 dejan aún más en claro que la sangre redentiva de Cristo fue presentada a Dios Mismo como el precio satisfactorio por nuestros pecados, así haciendo posible que Dios sea justo al justificar al impío que pone su fe en Cristo. Pablo dice que la sangre derramada en la cruz fue “exhibido públicamente” (protíthemai) como el sacrificio de expiación por nuestros pecados (hilastérion) que satisfizo Su justicia, así demostrando que Él no nada más eludió la justicia, haciendo caso omiso a los pecados cometidos antes de la cruz. Adicionalmente, Pablo dice que el sacrificio propiciatorio de Cristo demuestra ahora en este tiempo presente que Dios es justo cuando justifica a aquellos que creen en Jesús – que Él no simplemente deja a un lado la justicia cuando justifica a los pecadores. En el primer blog de este serie, Definiendo Expiación, vimos que la palabra “propiciación” (hilasmós) y sus cognados son utilizados en la traducción griega del Antiguo Testamento Septuaginta (LXX) como equivalente a la palabra hebrea para “expiación” (kippur) donde los sacrificios de sangre fueron ofrecidos para hacer expiación por los pecados de los hijos de Israel. El cognado de hilasmós utilizado aquí es hilastérion que fue la palabra utilizada en el LXX para la palabra hebrea kapporeth que fue el propitiatorio o cubierto del arca hecha de oro puro con dos querubines. Para poder entender por qué Pablo dice que Jesús fue exhibido públicamente como “hilastérion por medio de la fe en su sangre,” es esencial que entendamos la función de un hilastérion. Servía para cubrir el arca y lo que estaba adentro (Ex 25:21; Heb 9:4). Cada uno de los tres objetos dentro del arca representaban los pecados del pueblo: 1) Las dos tablas del pacto que habían trasgredido; 2) La urna de oro que contenía el maná que Aarón puso en el arca cuando el pueblo murmuraba contra Dios porque no tenían qué comer (Ex 16:33), y la vara de Aarón que reverdeció, que simbolizaba su rebelión contra Aarón, el sumo sacerdote ungido (Nu 17:10). Una vez al año en Yom Kippur o el Día de la Expiación, el Sumo Sacerdote esparcía la sangre del sacrificio expiatorio sobre el hilastérion o cubierto del arca, así haciendo propiciación/expiación por los pecados del pueblo por un año más, de esta manera haciendo posible que la gloria del Señor permanezca sobre el hilastérion entre los dos querubines (Ex 25:22). Cuando Pablo dice que Cristo fue exhibido públicamente como el hilastérion por su sangre, hilastérion está sirviendo como adjetivo en vez de un sustantivo. Él fue exhibido públicamente como un sacrificio propiciatorio/expiatorio, quitando los pecados del mundo de una vez para siempre. [5] Condenación y Justificación son Términos Forenses Hemos visto como todo el mundo estaba culpable delante de Dios y condenado porque todos pecamos (Rom 3:19,23). Este veredicto de condenación no es algo único a Pablo. Jesús Mismo dijo: “el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Jn 3:18). Pablo explica en Romanos 5 que todos nosotros, estando bajo la jefatura federal de Adán, fuimos condenados por su acto de desobediencia (Rom 5:16). La condenación no consiste en hacer que uno sea culpable, sino en declarar a uno culpable. De la misma manera, la justificación no consiste en hacer justo a uno en el sentido de la modificación de comportamiento, sino en declarar a uno justo legalmente. La justificación es una absolución de una vez por siempre, no un proceso. Es una justicia posicional y distinta de la santificación o la justicia práctica. Tome nota de los tiempos es estos verbos: “Justificados (aoristo pasivo), pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo… Pues mucho más, estando ya justificados (aoristo pasivo) en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Rom 5:1,9) Así como la condenación vino a todos por la sola transgresión de Adán, resultando en condenación, de la misma manera por la obediencia de Cristo como nuestra cabeza representativa, vino la justificación para todos, a ser recibida (no lograda) por la fe. En el mismo momento en que creímos fuimos justificados. Como Pablo dice, “Creyó Abraham a Dios, y le fue contado (logízomai, ‘imputado’) por justicia.” (Rom 4:3). Como indicado anteriormente, la palabra logízomai se utiliza 12 veces en Romanos refiriéndose a la justicia imputada (Rom 4:3,4,5,6,8,9,10,11,22,23,24; 6:11). A pesar del hecho que Pablo de manera tan repetitiva y enfáticamente que la justicia de Cristo es imputado a los que simplemente la reciben por fe, los opositores de la Sustitución Penal resisten agresivamente la verdad de la justicia imputada aparte de las obras y hasta la ridiculizan. George MacDonald, que considera la muerte de Cristo como nada más un ejemplo moral a seguir, dice lo siguiente acerca de la creencia que la justicia de Cristo es imputada a los que creen: “El apóstol dice que cierta cosa le fue imputada a Abraham por justicia. ¿Qué fue lo que le fue imputada a Abraham? ¿La justicia de otro? ¡Dios guarde!... Imputar la justicia de uno a otro, es nada más una fantasía…” [6] “Esta…la justicia que es de Dios por fe – tan lejos de ser una cosa edificada sobre el basurero de ficción legal llamada sacrificio vicario, o su sombra llamada la justicia imputada, que solo un niño con corazón de niño puede entenderlo.” [7] Aunque George MacDonald es muy verboso, haciéndolo muy difícil encontrar una declaración clara y concisa sobre cualquier tema, su desprecio por la doctrina de la justicia imputada es muy evidente. Para él, la verdad gloriosa del sacrificio vicario de Cristo por nosotros es basura. Su negación de la infalibilidad de las Escrituras le hacía sentir libertad para exaltar su propia razón por encima de la revelación de Dios. Acerca de la verdad bíblica que la muerte vicaria de Cristo por nosotros fue necesario para satisfacer la justicia de Dios, él dice: “Tu dices que Él lo hace, porque la Biblia lo dice así. Yo digo, si la Biblia fuera decir eso, la Biblia estaría mintiendo…” [8] Esa actitud hacia las Sagradas Escrituras no refleja en nada a nuestro Señor que decía, “las Escrituras no pueden ser quebrantadas,” y “es necesario que se cumplan las Escrituras.” (Jn 10:35; Marcos 14:49). Creo que Jesús diría hoy lo mismo a los que niegan la eficacia de Su sacrificio vicario, de lo que una vez dijo a los Saduceos: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?” (Marcos 12:24). Aquellos que niegan las buenas nuevas que la justicia de Cristo es imputada gratuitamente por medio de la fe, caen en el mismo error que los judíos incrédulos que Pablo mencionó en Romanos 10. Él les dijo: “Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. 3 No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.” (Rom 10:2-3 NVI) Por tanto que los opositores de la Sustitución Penal de Cristo lo resistan, el concepto forense y transaccional de la justicia imputada por fe sigue siendo central al evangelio. La justificación incluye el perdón, pero es más que el perdón. Es una absolución, y sin embargo es mucho más que una absolución. Es nada menos que la imputación de los méritos de Cristo a nuestra cuenta. En Cristo, no solamente somos considerados como si fuéramos justos, realmente somos la justicia de Dios en Él. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Cor 5:21) Cristo fue constituido legalmente culpable por nosotros, para que nosotros fuésemos constituidos legalmente justos en Él. ¡Ahora somos la justicia de Dios en Cristo! Los opositores de la Sustitución Penal de Cristo refieren a esto despreciativamente como justicia transaccional, pero los Padres Apostólicos lo llamaban “el dulce intercambio.” [9] Pablo dice, “Justificados (aoristo pasivo), pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes” (Rom 5:1-2). La justificación es una posición que hemos recibido, no un proceso. “para que justificados (aoristo pasivo) por su gracia, viniésemos a ser herederos” (Tito 3:7). Es por hechura de Dios que estamos en Cristo Jesús el cual nos ha sido hecho por Dios justificación (1Cor 1:30). Somos “aceptos” (charitáo, lit. ‘muy favorecidos’) en el Amado” (Ef 1:6). En conclusión, aunque muy pocos negarían que Dios nos ama y desea relación por encima de todo, las Escrituras nos revelan que, sin el sacrificio vicario de Cristo, redimiéndonos de nuestros pecados y transgresiones, tal relación jamás hubiera sido posible debido a que Dios también es perfectamente justo y el Juez de los vivos y los muertos. Y aunque la palabra específica para “forense” (δικανικός) no aparece en Romanos, sus cognados son utilizados 66 veces, junto con una multitud de otros términos forenses. Es precisamente debido a Su gran amor por nosotros que Él envió a Su Hijo para ser la propiciación por nuestros pecados (1Jn 4:10). Aunque es tema del próximo blog, Dios enviando a Su Hijo para ser la propiciación por nuestros pecados es una demostración muchísimo mayor que la de la Teoría Ejemplo Moral de la Expiación. Según esa teoría, ¡Dios envió a Su Hijo amado a ser bofado, azotado y clavado en una cruz para sufrir la muerte más cruel con el único propósito de mostrarnos qué tan grande es Su amor! En lugar de que Su sangre preciosa nos redimiera de nuestros pecados y transgresiones (Ef 1:7; Heb 9:14-15), ellos niegan que la sangre de Cristo tenga valor más allá de mostrarnos cuánto nos ama. Negando que la sangre de Cristo nos compró es lo que Pedro llama “una herejía destructora.” (2Pedro 2:1-2). En el próximo blog voy a considerar como las otras teorías o modelos de la expiación son complementarias a la Expiación Sustitutiva Penal de Cristo. Sin embargo, no hubiera podido haber habido expiación ni reconciliación si Cristo no hubría derramado Su sangre en propiciación por nuestros pecados. “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados… 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.” (Col 1:13-14,20) [1] https://www.youtube.com/results?search_query=penal+substitutionary+atonement+debate [2] Theological Dictionary of the New Testament. Copyright © 1972-1989 By Wm. B. Eerdmans Publishing Co., NT:3709 “In secular literature orge takes on the sense of anger as the most striking manifestation of powerful inner passion, thumos. ‘orge…becomes in the political life of the following period the characteristic and legitimate attitude of the ruler who has to avenge injustice.’ ‘orge relates, not to the verdict (Aristot. Rhet., I, 1, p. 1354 a, 16 ff.) but only to the sentence. In virtue of this orge itself acquired the meaning of ‘punishment.’ Apart from the moral wrath which protects against evil and which is sometimes expressly called dikaia orge (righteous indignation) (Demosth. Or., 16, 19; Dio C., 40, 51, 2; Ditt. Syll.3, 780, 22), orge in Gk. came under a predominantly negative judgment. [3] The Complete Word Study Dictionary: New Testament NT:629: “apolutrosis; gen. apolutroseos, fem. noun from apolutrao, ‘to let go free for a ransom,’ which is from apó (575), from, and lutrao (3084), to redeem. Redemption. The recalling of captives (sinners) from captivity (sin) through the payment of a ransom for them, i.e., Christ's death. Sin is presented as slavery and sinners as slaves (John 8:34; Rom 6:17,20; 2 Peter 2:19). Deliverance from sin is freedom (John 8:33,36; Rom 8:21; Gal 5:1). [4] Vine's Expository Dictionary of Biblical Words, NT:1805: exagorazo, a strengthened form of agorazo, "to buy,” denotes "to buy out" (ex for ek), especially of purchasing a slave with a view to his freedom. It is used metaphorically in Gal 3:13 and 4:5, of the deliverance by Christ of Christian Jews from the Law and its curse. [5] See Robertson's Word Pictures in the New Testament, commenting on Romans 3:25 [6] MacDonald, George . Unspoken Sermons Series I, II, and III (p. 216). Start Publishing LLC. Kindle Edition. [7] Ibid p. 219 [8] Ibid p. 188 [9] Mathetes, The Epistle to Diognetus, Chapter 9 “Él Mismo tomó sobre Sí el castigo por nuestras iniquidades, Él dio a Su propio Hijo como rescate por nosotros, el Santo por los transgresores, el Inocente por los inicuos, el Justo por los injustos… Porque, ¿qué otra cosa fue capaz de cubrir nuestros pecados que Su justicia? ¿Por medio de qué otra persona hubiera sido posible que nosotros, los inicuos e impíos, pudiéramos ser justificados, sino por el único Hijo de Dios? ¡Oh dulce intercambio! ¡Oh operación tan inescrutable! Oh beneficios que sobrepasan toda expectación, que las iniquidades de muchos estén escondidas en un Justo, y que la justicia del Uno justificara a muchos transgresores.
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