por George Sidney Hurd Lo que muchos ignoran es que Jesús mismo a menudo se refería a Sí Mismo como el Jehová del Antiguo Testamento, y también los autores del Nuevo Testamento Lo identificaban como Jehová múltiples veces. A menudo pasamos por alto que el mismo nombre que el ángel le dijo a José que le pusiera lo identificaba como Jehová. Jesús en hebreo significa “Jehová salva.” Y por si acaso aún queda duda en cuanto a tomarlo de manera literal, Mateo sigue diciendo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a SU pueblo de sus pecados. 22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: 23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mt 1:21-23; cf. Isa 7:14) Así que, solamente Sus nombres, Jesús Emanuel, que le fueron dados del cielo, anunciaron al mundo que Jehová Elohim había venido a morar entre nosotros y a salvar a Su propio pueblo de sus pecados. Como veremos, Él que fue milagrosamente concebido en el vientre de María del Espíritu Santo era nada menos que Jehová Mismo, el eterno YO SOY en la persona del Hijo, quién eternamente está en el seno del Padre (Jn 1:18). De igual manera, Isaías profetizaba acerca de Su encarnación, utilizando otros nombres exclusivos a Jehová: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isa 9:6) En este blog vamos a ver catorce declaraciones acerca de Jesús en el Nuevo Testamento que claramente demuestran que Él era Jehová en carne. Vemos que, tanto Jehová en el Antiguo Testamento, como también Jesús, son presentados como “el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin” (Apo 22:13 cf. Isa 44:6). De acuerdo con esto, estaré presentando las referencias de Jesús como Jehová en orden cronológico, comenzando con la creación y finalizando con la consumación. 1) Solamente Jehová / Jesús es el Creador de Todo Jehová Elohim no solamente es presentado como el único Salvador, como vimos en el blog anterior, sino que Él es también presentado en el Antiguo Testamento como el único Creador del cielo y la tierra. Isaías dice: “Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios (Elohim), el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.” (Isa 45:18) En el Salmo 102 el salmista adora a Jehová Elohim como el eterno Creador que jamás cambia. Él dice: “Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. 26 Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un vestido los mudarás, y serán mudados; 27 Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.” (Sal 102:25-27) El escritor de Hebreos identifica a Jehová en este Salmo como Jesús cuando cita directamente de este Salmo, junto con el Salmo 45:5, que también es citado palabra por palabra, identificándole a Jesús como Elohim: “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios (Elohim), por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino… 8 Y: Tú, oh Señor (Jehová), en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos… 11 Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura,12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán.” (Heb 1:8,10-12, cf. Sal 45:6-7) Si esta afirmación de Su deidad no fuera lo suficientemente clara para silenciar a aquellos que decían que Él era nada más un ángel, él a continuación dice: “Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?” (Heb 1:13). Este pasaje en Hebreos claramente afirma que Jesús es el eterno Jehová Elohim, que es lo mismo ayer, hoy y para siempre (Heb 13:8), y el Creador de todas las cosas. Como dice Juan: “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció” (Jn 1:10). Que el Padre y el Espíritu Santo también comprenden el único Jehová Elohim e igualmente participaron en la creación junto con el Hijo, es una verdad que será considerada en otro blog. 2) Jehová envía a Jehová En medio del juicio contra Jerusalén en el tiempo del cautiverio babilónico, Jehová les promete que Él enviaría al Mesías Jehová para salvarlos. Observe como este pasaje habla de Jehová que gobierna sobre Su trono, enviándo a Jehová para liberarlos: “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. 9 Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió. 10 Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. 11 Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo (cf. Mt 1:21; Jn 1:11), y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti.” (Zac 2:8-11) Más de una persona en la deidad se necesita para que esta profecía se cumpliera. Jehová que está sentado en Su trono es tanto Él que envía, como Él que viene a morar en medio de ellos en el versículo diez. Él dice que muchos se unirán a Él en el día de la salvación. Los judíos de aquel entonces anhelaban ver el cumplimiento de esta liberación prometida, pero cuando Jesús, su Jehová / Salvador se presentó a ellos, Lo rechazaron porque Él no apareció de la manera anticipada. El pleno cumplimento de esta profecía Mesiánica espera la Segunda Venida de Cristo cuando todo Israel clamará, “bendito el que viene en nombre del Señor (Jehová)” (Mt 23:37-39 cf. Sal 118:26). 3) Jehová envío a Juan el Bautista para preparar el camino para Jehová - Jesús En el tiempo del Padre, la palabra del Señor vino a Juan el Bautista en el desierto, y él comenzó a predicar a todo Israel que se arrepintieran en preparación para la muy esperada venida del Mesías. Mateo 3:3 dice: “Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor (Jehová), enderezad sus sendas.” (Mt 3:3) Aquí Él está citando de Isaías 40, que también promete la venida del Mesías quien les traería salvación y liberación de sus enemigos. Una vez más, es Jehová Elohim Mismo en la persona del Hijo quien viene a la tierra, e Israel está siendo llamado al arrepentimiento en preparación de Su venida. El versículo que la cita de Isaías 40:3 era el mensaje que proclamaba Juan el Bautista: “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios (Elohim).” (Isa 40:3) Jesús era el mismo Jehová para quien Juan había sido comisionado a preparar el camino. Cuando Juan vio a Jesús viniendo hacia él, él clamó diciendo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo” (Jn 1:29-30). Él estaba preparando el camino para el Cordero de Dios, Jehová Elohim, quien, aunque físicamente nació después de él, sin embargo, existía antes que él. Y en el momento en que vio a Jesús, él sabía que Él era aquel para quien había sido enviado a preparar el camino. Esa es la razón porque Tomás clamó diciendo, “Mi Señor y mi Dios” cuando se encontró cara a cara con Jesús después de Su resurrección. Este era el mismo Cordero de Dios quien Juan el revelador vio exaltado sobre el trono con el Padre – un adelanto del tiempo cuando toda la creación Le dará toda la adoración, honor y alabanza – algo debido a Dios únicamente (Apo 5:13). 4) La Roca en el desierto era Jehová / Jesús Pablo dice que la Roca que sostuvo a los hijos de Israel en el desierto era Jesús mismo. Él dijo: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.” (1 Cor 10:1-4) De la roca fluyeron fuentes de agua viva en el desierto, satisfaciendo su sed. Moisés, bajo la inspiración del Espíritu Santo declara que Jehová Elohim Mismo era aquella Roca: “Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios. 4 El es la Roca.” (Deut 32:3-4 cf. 8:14-15) Pablo, familiarizado con las Escrituras del Antiguo Testamento, bien sabía que Él se estaba identificando a Cristo como nuestra Roca. 5) Los Hijos de Israel eran el pueblo de Cristo / Jehová El ángel le dijo a José que Jesús salvaría a Su pueblo de sus pecados (Mt 1:21). En Juan capítulo 1, después de decir que Cristo, la Palabra, era Dios, y que todas las cosas que existen fueron creadas por Él, Juan dice acerca de Israel, el pueblo de Dios: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Jn 1:11). Al oír esto, los judíos hubieran entendido que Juan estaba afirmando que Jesús era Jehová Elohim, dado que Jehová llama a Israel “Mi pueblo” 189 veces en el Antiguo Testamento. 6) Jehová / Jesús salvó a los hijos de Israel de Egipto Todos sabemos que fue Jehová quien salvó a los hijos de Israel de Egipto. Sin embargo, Judas dice que fue el Señor Jesucristo Mismo quien los salvó de Egipto: “Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.” (Judas 5) “Ahora quiero recordarlos, aunque ya han sido plenamente informados de estos hechos, que Jesús, habiendo salvado el pueblo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.” (Judas 5 NET) Sabemos que “el Señor” mencionado aquí es Jesús, debido a que el versículo anterior termina advirtiendo contra aquellos que niegan a nuestro Señor Jesucristo. También, existe una lectura alterna del versículo 5 donde muchos manuscritos, incluyendo algunos de los más antiguos, leen “Jesús” en vez de “Señor,” y esa lectura hace innegable de que se refiere a Jesús. Hay unos argumentos muy buenos a favor de esa lectura. Por eso, muchas traducciones leen “Jesús” en vez de “Señor.” La Biblia NET explica en sus anotaciones por qué la lectura con “Jesús” es más probablemente la correcta. [i] 7) Los hijos de Israel probaron a Jehová / Jesús en el desierto Cuando los hijos de Israel murmuraron contra Jehová, despreciando Su provisión, Él envió serpientes entre el pueblo: “Y habló el pueblo contra Dios (Elohim) y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.” (Num 21:5-6) Pablo, que entendió claramente que Jesús era Jehová encarnado, dice que fue Jesús Mismo a quien ellos probaron en el desierto. Él dijo: “Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.” (1 Cor 10:9 RVR) “Ni tentemos a Cristo, como también algunos de ellos tentaron, y perecieron por las serpientes.” (1 Cor 10:9 RVG) Igual como en Judas 5, hay unos manuscritos que leen “Señor” en vez de “Cristo.” Sin embargo, la evidencia textual está a favor de la lectura “Cristo.” Es por eso que la mayoría de las traducciones leen “Cristo.” Una vez más, las anotaciones NET explican bien los argumentos textuales a favor de la lectura “Cristo.” [ii] 8) Jehová / Jesús es el Pastor Estamos todos familiarizados con el Salmo 23 que dice: “Jehová es mi pastor; nada me faltará.” Sin embargo, a menudo no consideramos que el Señor Jesucristo se identificó a Sí Mismo como este mismo Pastor cuando Él dijo: “Yo soy (EGO EIMI) el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Jn 10:11, cf. Ex 3:14) Como demostraré en otro blog, cuando Jesús utiliza las palabras EGO EIMI en ciertos contextos, es evidente que Él está utilizándolo como el título divino que habla de la auto existencia eterna de Dios. Esto es claramente el caso aquí, dado que Jesús dijo en otra parte que no hay nadie bueno sino solo Dios (Mt 19:17). Adicionalmente, Él no dice que es un buen pastor, sino que Él es el buen pastor. 9) Jehová / Jesús fue traicionado por 30 piezas de plata Jehová dijo que Él sería vendido por 30 piezas de plata: “Entonces Jehová me dijo: Arrójalo al alfarero (ese magnífico precio con que me valoraron). Tomé pues, las treinta piezas de plata y las arrojé al alfarero en la casa de Jehová.” (Zac 11:13 LBLA) Esta profecía se cumplió cuando Judas traicionó a Jesús por 30 piezas de plata. Como fue profetizado, Judas después se arrepintió y echó las piezas de plata en el templo ante los sumo sacerdotes y ancianos, y ellos usaron el dinero para comprar el campo del alfarero (Mt 26:14-16; 27:3-5,7). Mateo relata como la profecía de Zacarías fue cumplida: “Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. 8 Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. 9 Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del Apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; 10 y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.” (Mt 27:7-10) Aquí otra vez vemos como los autores del Nuevo Testamento bajo la inspiración del Espíritu Santo, constantemente se referían a Jesús como Dios. 10) Mirarán a Jehová / Jesús quien traspasaron En Zacarías, Jehová Elohim dice que el día vendrá cuando los judíos mirarán a Él que traspasaron: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zac 12:10) En el libro de Apocalipsis, vemos que Jesús es aquel a quien traspasaron y esta profecía en Zacarías será cumplida en Su Segunda Venida: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.” (Apo 1:7) Así que, vemos que fue Jesús / Jehová quien estaba hablando con Zacarías acerca de Su venida en el futuro para liberar a Israel y reinar sobre la tierra. 11) Los que invoquen el nombre de Jehová / Jesús serán salvos El profeta Joel dijo que todos aquellos que invocaren el nombre de Jehová serán salvos: “Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo.” (Joel 2:32) Pablo, en Romanos 10, cita directamente a Joel 2:32, indicando que invocar el nombre de Jehová es lo mismo que confesar al Señor Jesús con nuestra boca: “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo…13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor (Jehová), será salvo.” (Rom 10:9,13) 12) Isaías vio la gloria de Jehová / Jesús Cuando Jehová ungió a Isaías como profeta, Isaías lo vio sobre Su trono en una visión celestial. Él describe lo que vio en Isaías 6: “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria…5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos…9 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. 10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.” (Isa 6:1-5,9,10) Jesús manifestó Su gloria, haciendo señales y milagros, y el pueblo, a pesar de todo esto, se negó a creer en Él. Juan cita a Isaías 6 para explicar por qué no creían a pesar de que Su gloria se había manifestado. Al hacerlo, él claramente identifica a Jesús como Jehová. Él dijo: “Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor (Jehová), ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor (Jehová)? 39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: 40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane. 41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.” (Juan 12:37-41) Aquí, como en todo el Evangelio de Juan, él afirma la plena divinidad de Cristo, presentándolo como el mismo Jehová quien apareció a Isaías. 13) Cada rodilla se doblará a Jehová / Jesús Muy relacionado con invocar el nombre de Jehová para ser salvo, vemos a Jehová jurando por Sí Mismo que toda rodilla se doblará a Él, y cada lengua jurará, diciendo que solo en Él tienen su justicia: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. 24 Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.” (Isa 45:22-24) En Filipenses 2, Pablo cita estas mismas palabras de Isaías, aplicándolas a Jesús como Jehová: “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor (Jehová), para gloria de Dios Padre.” (Fil 2:10-11) Nosotros damos gloria al Padre cuando honremos a Su Hijo de igual manera como lo honramos a Él (Jn 5:23). Todos debemos de doblar rodilla ante Jesús como hizo Tomás, declarándolo nuestro Jehová Elohim, o nuestro Señor y nuestro Dios (Jn 20:28-29). Esto glorifica al Padre porque Él y el Hijo, aunque son personas distintas, son uno solo en esencia (Jn 10:30). 14) El Primero y el Ultimo Jehová Elohim declara que Él es el único Redentor, el Primero y el Ultimo: “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios (Elohim).” (Isa 44:6) Que Jesús es el mismo Jehová Elohim es evidente, dado que Él comienza y termina el libro de Apocalipsis con la declaración de que Él Mismo es el primero y el Ultimo: “No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén.” (Apo 1:17-18 cf. 2:8; 22:12-13) Es obvio que solo puede haber uno que es “el primero.” Si el Hijo no es coeterno con el Padre, Él no podría decir de Sí Mismo “yo soy el primero.” Claramente, Jesús, junto con el Padre y el Espíritu Santo, siendo eternamente uno, son el único Jehová Elohim, el Primero y el Ultimo. Estos solamente son unos de los muchos paralelos en las Escrituras indicando que Jesús Mismo es Jehová Elohim encarnado. Estaré considerando otros paralelos con más detalle en otros blogs. Quizás aquellos que están determinados a seguir negando la plena deidad de Cristo podrían encontrar interpretaciones alternas plausibles para algunos de estos paralelos, pero espero que el lector esté de acuerdo conmigo en decir que la mayoría de ellos son afirmaciones irrefutables de la deidad de Cristo. [i] tc The reading ᾿Ιησοῦς (Iēsous, “Jesus”) is deemed too hard by several scholars, since it involves the notion of Jesus acting in the early history of the nation Israel (the NA27 has “the Lord” instead of “Jesus”). However, not only does this reading enjoy the strongest support from a variety of early witnesses (e.g., A B 33 81 88 322 424c 665 915 1241 (1735: “the Lord Jesus”) 1739 1881 2298 2344 vg co eth Or1739mg Cyr Hier Bede), but the plethora of variants demonstrate that scribes were uncomfortable with it, for they seemed to exchange κύριος (kurios, “Lord”) or θεός (theos, “God”) for ᾿Ιησοῦς (though P72 has the intriguing reading θεὸς Χριστός [theos Christos, “God Christ”] for ᾿Ιησοῦς). As difficult as the reading ᾿Ιησοῦς is, in light of v. 4 and in light of the progress of revelation (Jude being one of the last books in the NT to be composed), it is wholly appropriate. The NA28 text now also reads Ιησοῦς. For defense of this reading, see Philipp Bartholomä, “Did Jesus Save the People out of Egypt: A Re-examination of a Textual Problem in Jude 5, ” NovT 50 (2008): 143-58.sn The construction our Master and Lord, Jesus Christ in v. 4 follows Granville Sharp’s rule (see note on Lord). The construction strongly implies the deity of Christ. This is followed by a statement that Jesus was involved in the salvation (and later judgment) of the Hebrews. He is thus to be identified with the Lord God, Yahweh. Verse 5, then, simply fleshes out what is implicit in v. 4. [ii] tc Χριστόν (Christon, “Christ”) is attested in the majority of mss, including many important witnesses of the Alexandrian (P46 1739 1881) and Western (D F G) texttypes, and other mss and versions (Ψ latt sy co). On the other hand, some of the important Alexandrian witnesses have κύριον (kurion, “Lord”; א B C P 33 104 1175 al). A few mss (A 81 pc) have θεόν (theon, “God”). The nomina sacra for these readings are quite similar (cMn, kMn, and qMn respectively), so one might be able to account for the different readings by way of confusion. On closer examination, the variants appear to be intentional changes. Alexandrian scribes replaced the highly specific term “Christ” with the less specific terms “Lord” and “God” because in the context it seems to be anachronistic to speak of the exodus generation putting Christ to the test. If the original had been “Lord,” it seems unlikely that a scribe would have willingly created a difficulty by substituting the more specific “Christ.” Moreover, even if not motivated by a tendency to overcorrect, a scribe might be likely to assimilate the word “Christ” to “Lord” in conformity with Deut 6:16 or other passages. The evidence from the early church regarding the reading of this verse is rather compelling in favor of “Christ.” Marcion, a second-century, anti-Jewish heretic, would naturally have opposed any reference to Christ in historical involvement with Israel, because he thought of the Creator God of the OT as inherently evil. In spite of this strong prejudice, though, {Marcion} read a text with “Christ.” Other early church writers attest to the presence of the word “Christ,” including {Clement of Alexandria} and Origen. What is more, the synod of Antioch in a.d. 268 used the reading “Christ” as evidence of the preexistence of Christ when it condemned Paul of Samosata. (See G. Zuntz, The Text of the Epistles, 126-27; TCGNT 494; C. D. Osburn, “The Text of 1 Corinthians 10:9,” New Testament Textual Criticism: Its Significance for Exegesis, 201-11; contra A. Robertson and A. Plummer, First Corinthians [ICC], 205-6.) Since “Christ” is the more difficult reading on all accounts, it is almost certainly original. In addition, “Christ” is consistent with Paul’s style in this passage (cf. 10:4, a text in which {Marcion} also reads “Christ”). This text is also christologically significant, since the reading “Christ” makes an explicit claim to the preexistence of Christ. (The textual critic faces a similar dilemma in Jude 5. In a similar exodus context, some of the more important Alexandrian mss [A B 33 81 pc] and the Vulgate read “Jesus” in place of “Lord.” Two of those mss [A 81] are the same mss that have “God” instead of “Christ” in 1
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