por George Sidney Hurd -- Una respuesta al libro: “Desenmascarando el Universalismo” por James B. De Young En la última sesión vimos el alcance universal de la reconciliación lograda por la muerte propiciatoria de Cristo en la cruz. Aunque todavía no todos se han correspondido a esa reconciliación, doblándole la rodilla a Él y confesándolo como Señor, Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo entero (cosmos) a Sí mismo en la cruz y no solamente los que tuvieron el privilegio de oír el evangelio y creer en esta vida. (1Tim 4:10) La muerte de sustitución de Cristo en la cruz y Su resurrección no solamente proveyó reconciliación para todos, sino toda la humanidad que eran los recipientes del pecado original en Adán con su resultante naturaleza de pecado, muerte, juicio y condenación, también recibimos de manera pasiva la vida, justificación y justicia en Cristo ‘- el Último Adán, hace 2,000 años por la expiación de Cristo consumada en la cruz: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron… Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron MUCHO MÁS para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, MUCHO MÁS reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos… cuando el pecado abundó, sobreabundó (huperperiseuo “super sobreabundó”) la gracia.” (Rom 5:12,15-20) “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden…” (1Cor 15:22,23) Aquí Pablo hace un contraste entre lo que “todos” recibieron en Adán y lo que los mismos “todos” recibieron en Cristo – el Último Adán. Su uso de las palabras periseuo, “sobre abundar” y huperperiseuo “super, sobreabundar,” pone énfasis en el hecho que lo que Cristo logró para toda la humanidad va mucho, mucho más allá de una reversión total de la caída del hombre en Adán. Entonces, ¿cómo puede De Young evitar las implicaciones obvias de este pasaje? Él argumenta que, mientras el primer “todos” de la comparación paralelo de Pablo refiere al mundo entero que peco y murió en Adán, el segundo “todos” solo incluye a aquellos que creen estando vivos. Él dice: “‘Todo en Cristo’ no es el mismo número que ‘todo’ en Adán. Los en Cristo son un número más pequeño y llegan a estar en Él por ejercer fe.” p.213 Sin embargo, hay varias razones por qué esto no puede ser la manera correcta de entender estos pasajes. En primer lugar, en Romanos 5:18 no dice, “en Cristo todos” sino simplemente “todos los hombres.” Los mismos “todos los hombres” que fueron condenados en Adán son justificados en Cristo. En segundo lugar, la comparación “así” – “de la misma manera” requiere que el segundo grupo sea igual en número que el primer grupo. Si los “todos” del segundo grupo no son los mismos “todos” en el primer grupo, no tendría sentido decir “de la misma manera”. Para ilustrar esto, imagina que un ladrón fuera a robarte 100.000 dólares y era todo lo que tenías, y al encontrar al ladrón le dirías: “Así como tú me robaste todo, de la misma manera, quiero que me devuelvas todo”, ¿Qué estarías exigiéndole? ¿Un diezmo? No. La expresión “así…de la misma manera…” quiere decir que la última tiene que corresponder al primero. En Barnes’ Notes (Notas de Barnes) Comentario sobre 1Corintios 15:22 él concuerda: “Si este pasaje significa, que en Adán, o por él, todos llegaron a ser pecadores, entonces la declaración correspondiente ‘todos serán vivificados’ tiene que significar que todas las personas serán justificadas, o que todos serán salvos. Esto sería la interpretación natural y obvia: dado que las palabras ‘todos serán vivificados’ tiene que tener referencia a las palabras ‘todos mueren’, y tiene que afirmar el hecho opuesto y correlacionado. Si la frase ‘todos mueren’ allí significa que todos llegan a ser pecadores, entonces la frase ‘todos serán vivificados’, tiene que significar que todos serán santificados o recuperados de su muerte espiritual; y así un argumento obvio será dado para la doctrina de la salvación universal, del cual es difícil, si no imposible responder. No es una respuesta adecuada decir que la palabra ‘todo’ en la parte posterior de la oración, significa ‘a todos los elegidos’ o ‘a todos los justos’, porque su significado más natural y obvio es, que es co-extensivo con la palabra ‘todo’ en la primera parte del versículo.” [1] Algunos señalan que Romanos 5:19 dice que “muchos” y no “todos” serán constituidos justos en Cristo. Pero cuando Pablo utiliza la palabra “los muchos” en vez de “todos”, él no está refiriéndose a algo menos que “todos”. Cuando dijo “todos pecaron” (Rom 5:12), él no se contradice cuando dice en 19 “muchos fueron constituidos pecadores” en vez de repetir “todos”.” Con decir “muchos” en vez de “todos” él está enfatizando que un solo individuo – Adán, afectó a los muchos, y que otro individuo, solo – Cristo, afectó mucho más a los mismos muchos. Los mismos muchos que fueron constituidos pecadores por Adán también fueron constituidos justos por Cristo. Finalmente, si al final más permanecen en un estado de pecado y muerte en Adán que son vivificados en Cristo, entonces, ¿cómo podríamos decir que la gracia sobreabundó sobre el pecado? En tal situación, ¿no sería lo contrario, “donde la gracia abundó el pecado sobreabundó? Como dice Marvin Vincent: “El efecto del segundo Adán no puede ser menos que el primero.” [2] De Young presenta Romanos 5:18 como clave para entender todo el pasaje. Él dice: “Este es el versículo más importante en el pasaje, dado que afirma que la identidad en Cristo el segundo Adán solo viene a los que ‘reciben’ la abundancia de la gracia y el don de la justicia. Son ellos, no “todos” los que reinan en la vida.” (p.167) Sin embargo, como vemos a través de todo este pasaje, el contraste es entre lo que todos los hombres reciben en Adán y lo que todos los hombres reciben en Cristo, el Último Adán. (cf. v.19) La palabra “recibir” es la palabra griega lambano (que aparece 258 veces en el Nuevo Testamento), y tiene dos sentidos distintos: 1) activamente tomar o recibir, o 2) recibir como un recipiente pasivo. El contexto determina si el recipiente recibe activamente o pasivamente. Por ejemplo, en varios textos vemos que el recipiente recibe algo que ni desea recibir, como una justa retribución por la desobediencia (Heb 2:2), o un juicio mayor (Lucas 20:47). En otras instancias el recipiente recibe lo que ni está anticipando. Por ejemplo, todos en la casa de Cornelio estaban sorprendidos cuando los gentiles recibieron al Espíritu Santo. (Hch 10:47) En estos ejemplos es obvio que el recipiente es pasivo. El muy estimado erudito del griego, Marvin Vincent, correctamente aplica el sentido pasivo también a Romanos 5:17. Él dice: “Ellos que reciben (hoi lambanontes). No ‘activamente recibiendo por creer’ sino simplemente siendo ‘los recipientes’” [3] Aunque él no entra en mayores detalles, su rendición de lambano en el sentido pasivo es justificada por el contexto. El contraste presentado en todo el pasaje es entre lo que todos los hombres reciben en Adán y lo que todos los hombres reciben en Cristo - el Último Adán. Así como todos los hombres pasivamente reciben la muerte, condenación y esclavitud al pecado por la desobediencia de un hombre, de la misma manera todos los hombres reciben vida, justificación, y dominio restaurado, a través de un hombre, Cristo, el Último Adán. Sin embargo, habiendo dicho eso, así como no todos los hombres entraron en la experiencia de la muerte, condenación y esclavitud al pecado de Adán en el momento en que Adán pecó, de la misma manera no todos entraron en la experiencia de la vida, justificación y dominio de Cristo, el Último Adán, en el momento en que Él murió y resucitó de los muertos. Así como cada hombre tiene que nacer en Adán para experimentar la muerte, condenación y esclavitud al pecado que él trajo sobre todos los hombres, de la misma manera cada hombre tiene que ser vivificado o nacer de nuevo para experimentar la justificación y dominio que vino para todos los hombres cuando Cristo, el Último Adán murió y resucitó. De la muerte y resurrección del Último Adán está escrito, “Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.” (1Cor 15:45) Y otra vez, “así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.” (1Cor 15:22) A mí parecer, una vez más mucha de la confusión de De Young es porque no reconoce la distinción entre “ya” y “todavía no.” Cristo ya gustó la muerte por todos y reconcilió el mundo entero a Sí mismo. (Heb 2:9; 2Cor 5:14,19) Mientras es cierto que nadie recibe personal y experimentalmente los beneficios de la justificación, santificación o vivificación en Cristo hasta que hayan puesto su fe en Él para salvación, lo que vemos es que todos, a su debido tiempo, confesarán que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios. En Cristo todos finalmente serán vivificados. Actualmente, solamente los que lo reciben nacen de nuevo y son justificados, y están siendo santificados para ser recibido por Él en Su venida, pero en su debido tiempo todos estarán reunidos en Cristo – justificados, santificados y sujetos a Él como Señor. De Young correctamente dice que, según Romanos 6, no se puede decir de ningún individuo que está “en Cristo” antes de creer y ser bautizado en Cristo por el Espíritu Santo. Sin embargo, Romanos 5 habla del sacrificio de una vez para siempre por la raza de Adán cuando Él quitó los pecados del mundo entero hace 2,000 años. Toda la humanidad estaba “en Cristo” en la cruz, aunque uno todavía no está en Él hasta el día de su visitación. De Young lee Romanos 5 y 1Corintios 15:22 como si leyera “todos en Cristo” en vez de “en Cristo todos.” Si nos fijamos en el “ya,” es obvio que no todos han sido bautizados en Cristo. Sin embargo, “en Cristo todos” los que fueron condenados y murieron en Adán serán justificados y vivificados una vez que todos ya hayan sido reunidos en Cristo en la dispensación de la plenitud de los tiempos. (Ef 1:10) Que Romanos 5 declara una reversión universal de la caída, resultando en la restauración final de todos, es aún más evidente cuando vemos 1Corintios 15:22 en su contexto. Él usa la misma comparación “así como” – “también” para contrastar lo que Adán perdió para todos, con lo que Cristo recuperó para los mismos todos: Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (1Cor 15:22) El sentido obvio es que los mismos todos que murieron en Adán también serán vivificados en Cristo. Esto es aún más evidente cuando vemos el resultado final del reinado de Cristo. Después de decir que Cristo reinará hasta que todos Sus enemigos estén bajo Sus pies (lo que ya vimos en la sesión anterior habla de una sumisión voluntaria de parte de Sus enemigos) Pablo concluye diciendo que después Cristo se sujetará a Sí mismo al Padre con el resultado final que Dios sea todo en todos. “Pero luego que todas las cosas [4] le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.” (1Cor 15:28) Debe ser obvio que no es posible que Dios sea “todo en todos” sin una reversión universal de la caída en la cual todos que tuvieron su comienzo en Él vuelvan a Él. (Rom 11:36) – Donde todos hayan sido reunidos en Cristo (Ef 1:10) y restaurados. (Hch 3:21) Entonces, ¿cómo intenta De Young resolver esta contradicción obvia de la doctrina tradicional de tormentos eternos? De igual manera como en Romanos 5, él argumenta que los “todos” que serán vivificados en Cristo son menos que los “todos” que mueren en Adán. Él dice: “…los ‘todos’ (‘en Cristo todos serán vivificados) tienen que referirse solamente a los que han creído de Cristo.” p. 168 Entonces, basada en la presuposición tradicional que muchos estarán perdidos eternamente a pesar del lenguaje paralelo (“como todos – así todos”), él tiene que argumentar que el segundo “todo” solo refiere a los de la raza de Adán que verdaderamente creyeron en Cristo antes de morir. Sin embargo, como hay tanta disparidad entre los que mueren en Adán y los que reciben a Cristo en el curso de su vida, él intenta mitigar el número de los que murieron en la historia sin creer en Él. Él dice: “Las estadísticas demuestran que aproximadamente 2.7 mil millones son cristianos hoy…probablemente mucho más de 50% de la población mundial, ahora y en el pasado, habrán ido al cielo. Puede ser mucho más de 70%.” p.240 Este argumento es común entre los Tradicionalistas. Sin embargo, tiene muchos problemas. En primer lugar, De Young mismo reconoce que uno tiene que nacer de nuevo para estar en Cristo y ser salvo. [5] Todos sabemos que la gran mayoría de los que han profesado ser cristianos nunca nacieron de nuevo y por lo tanto mueren sin Cristo a pesar de su profesión. Cuando sumas a eso los que nunca oyeron el evangelio o no lo aceptaron, seríamos generosos al decir que 10% de la humanidad murieron en Cristo. Jesús mismo, cuando le preguntaron si son pocos los salvos dijo que pocos entran por la puerta estrecha que lleva a la vida en este lado de la tumba. (Mt 7:13-14; Lc 13:22-30) Argumentar que la mayoría son salvos en esta vida contradice las palabras de Jesús y no está de acuerdo con lo que ellos realmente creen. Además, si solo un alma fuera atormentada eternamente, no lo haría menos impensable y horrenda. Y si solo uno fuera perdido eternamente en un estado perpetuo de separación, no sería posible decir que Dios será todo en todos. Y si “todo en todos” realmente solo significa “todo en algunos,” entonces lenguaje llega a ser sin sentido y estamos perdiendo nuestro tiempo al estudiar las Escrituras. Sin embargo, De Young en otra instancia hasta intenta argumentar que los “todos” en “todo en todos” no significa literalmente “todos.” Él dice: “Aun la Escritura reconoce de manera explícita que ‘todos’ tiene excepciones. Cuando el Apóstol Pablo escribe que todas las cosas han sido sujetadas a Dios (¿Cristo?)’ (1Cor 15:27) Él inmediatamente añade: ‘cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.’ En otras palabras, cuando la Escritura dice que todas las cosas son sujetadas a Cristo, Dios que sujeta ‘todas las cosas’ a Cristo es una excepción a estas palabras.” p.186 (paréntesis mío) Creo que quería decir, “sujetadas a Cristo” y no a Dios Padre. (cf. Sal 8:5,6) Sin embargo, este argumento es erróneo en más de un sentido. Es una regla básica de la gramática que “todos” significa “todos” a menos que haya algo específico en el contexto limitándolo. También, cuando Pablo dice que el Padre fue la única excepción a todos siendo sujeto a Cristo, simplemente fue una manera enfática de decir, “absolutamente toda la creación,” dado que Dios el Padre fue la única excepción a “todos.” De Young, como con todos los Tradicionalistas, tienen grandes dificultades al intentar reconciliar este pasaje con tormentos eternos para la mayoría dado que claramente enseña que en Adán todos serán restaurados en Cristo, sujetándose a Él, con el resultado que Él sea todo en todos. Parece que él no ha podido decidir qué hacer con este pasaje. En la cita anterior él intenta argumentar que hay excepciones a “todos,” implicando que solo incluye algunos o aquellos que creen en Cristo en esta vida. En otro lugar, él aparenta cambiar al argumento diciendo que no se refiere a personas sino a una condición o estado impersonal. Él dice: “Los versículos dicen que cuando todas las cosas son sujetadas a Cristo él mismo se sujetará al Padre que hizo que todo se sujetara a Cristo ‘para que Dios sea todo en todos.’ (vv. 26-28). Estas palabras finales describen el estado final; ninguna otra condición es prevista. Significa, entonces, que algunos están en sujeción y conquista perpetua. Esto de ninguna manera puede ser ‘un abrazo amoroso de Cristo.’” p.220 Si lo entiendo, parece que él está diciendo que Dios llega a ser todo en todos por hacer que todos le sean sujetos, o voluntaria o involuntariamente. En ese “estado final” Dios habrá recibido a Si mismo los que voluntariamente se sujetaron a Cristo y los demás serán sujetados a tormentos eternos. Entonces, una vez más vemos que De Young despersonaliza la restauración de todos, convirtiéndolo en nada más que la restauración de un estado final impersonal en vez de la restauración de todas las personas como resultado de Cristo habiendo atraídos a todos a Sí mismo, así como Jesús mismo prometió que haría. (Jn 12:32) Si Dios no será todo en todas las personas sino nada más todas las cosas, ¿cómo se podría decir que Dios es todo en todo lo inanimado, en vez de todo en todas las personas, ¿será que Él eternamente habita en el mal y en el infierno? Para mí, esto crea más problemas que lo que resuelve. No importa cómo los Tradicionalistas tratan de resolverlo, son enfrentados con un dualismo eterno donde Dios mismo perpetúa el mal y un infierno eterno. Al menos los Aniquilacionistas resuelven este dilema presentándole a Dios como exterminando la oposición, así llegando a ser “todo en todos los que sobrevivan.” Otra solución más que De Young ofrece para 1Corintios 15:28 también es confuso para mí, pero solo ilustra los extremos a los que los Tradicionalistas van para negar la restauración de todos. Él dice: “También es posible que este texto significa que no hay una sujeción eterna, sino que, en un punto de “tiempo” en el futuro Dios como Padre, Hijo y Espíritu es ‘todo en todos.’” p. 28 Aparentemente, lo que De Young sugiere aquí es que, una vez que todo haya sido sujetado a Cristo, habrá un momento breve cuando toda rodilla se dobla, y por ese momento, antes que los que son obligados a doblarle la rodilla sean lanzados a un infierno eterno, Dios será todo en todos. Pero, ¿en qué sentido se podría decir que Dios será “todo en” los no arrepentidos, aun por ese breve momento antes de ser echados al infierno? ¿También serán obligados a recibirlo en sus vidas? El énfasis en todo el pasaje es la restauración de toda la humanidad, reversionando la caída y reuniéndoles a todos en una unión con Dios por medio de Cristo – el Último Adán. Que la sujeción de todos sea voluntaria también es indicado por el hecho que la misma palabra utilizada para la sujeción de Cristo al Padre (hupotaso) es utilizado 4 veces más en solamente 2 versículos donde refiere al resto de la humanidad que se sujetará a Él: “Porque todas las cosas las sujetó (hupotaso), debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas (hupotaso) a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó (hupotaso) a él todas las cosas. 28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas (hupotaso), entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó (hupotaso) a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.” (1Cor 15:27,28) Sigue que, si la sujeción fue voluntaria para Cristo, entonces es voluntaria también para los demás. Que la sujeción de todos que resulta en que Dios sea todo en todos es una sujeción voluntaria, se puede ver también por la progresión en todo el pasaje. Comienza diciendo: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden…” (1Cor 15:22,23a) Esto habla de un orden o sucesión de individuos que serán vivificados cuando su momento ordenado llega, así como vemos en Hechos 13:48 donde dice: “y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.” Ambas palabras “orden” y “ordenados” refieren a una sucesión u orden predeterminado. Todo aquel que invocare al nombre del Señor será salvo, pero no lo invocamos de corazón hasta llegar al fin de nosotros mismos. Cada individuo tiene su propio orden. Algunas personas son más voluntariosas y obstinadas que otras, y por ese motivo algunos demoran más en responder al evangelio, dado que Dios espera hasta que llegamos al fin de nosotros mismos y solo entonces nos atrae a Si mismo. La interpretación tradicionalista no reconoce este orden o sucesión. Ellos solo incluyen el resto del versículo que dice: “Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” Esto no cumple el dicho: “cada uno en su debido orden.” Esto solo habla de Cristo, las primicias y la Iglesia o la asamblea de las primicias, que tendrá parte en la primera resurrección. (Santiago 1:18) Refiere a nosotros que primeramente esperábamos en Cristo, que son los primogénitos de la nueva creación. (Ef 1:12; Heb 12:23) La frase “cada uno en su debido orden” refiere al resto de la humanidad que será vivificado individualmente cuando sea su tiempo. El versículo siguiente dice: “Luego el fin (telos), cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.” La palabra traducida “fin” es telos que significa: fin, conclusión, cumplimiento o resultado final. Pienso que tal vez la mejor manera de entender “el fin,” en este contexto es, “entonces viene el cumplimiento.” En otras palabras, habla del cumplimiento de la declaración que todos serán vivificados en Cristo y no solamente las primicias o los que son de Cristo en Su venida. Esto se confirma viendo los versículos que siguen, que declaran que Cristo seguirá reinando hasta que todo enemigo haya sido destruido (gr. katalúo “rendido nulo”) y todos se sujeten a Él. Dice que el último enemigo que destruirá es la muerte. Eso no puede suceder hasta que todos hayan sido vivificados en Cristo. Los Tradicionalistas tienen corta la vista cuando intentan terminar el tiempo con la Segunda Venida o aún después de Su reinado de 1.000 años. En 1Corintions 15 vemos que Cristo seguirá reinando hasta que todos se hayan sujetados a Él y Dios sea todo en todos. Eso no será el caso con la Segunda Venida, ni tampoco con el milenio que termina con la última rebelión de Satanás y el Juicio del Gran Trono Blanco. (Apo 20:7-9) En realidad, vemos que los tiempos de la restauración de todos ni comienza hasta el Segunda Venida de Cristo. (Hch 3:21) Es en la dispensación del cumplimiento de los tiempos que todos son reunidos en Él (Ef 1:10) y no antes de Su venida. Es en las épocas venideras que la Iglesia – como las primicias, será desplegada para mostrar las abundantes riquezas de Su gracia al resto de la creación a través de nosotros. (Ef 2:7) Entonces, hemos visto que la obra de Cristo en la cruz fue una reversión universal de los resultados del acto de desobediencia de Adán que ocasionó la caída, la entrada del pecado, muerte y condenación de toda la raza de Adán. Cristo, el Último Adán, restaura todo lo que el primer Adán perdió y mucho, mucho más. Todos los que murieron en Adán finalmente serán vivificados por la cruz. Es algo “ya” consumado, pero “todavía no” implementado, dado que todos aún no se han sujetado a Cristo. Sin embargo, todos serán vivificados, reversionando la caída, pero “cada uno en su debido orden.” Es precisamente debido a que la sujeción tiene que ser voluntaria y no obligada que “todavía no” han sido restaurados todos. [1] from Barnes' Notes on 1Corinthians 15:22 [2] Vincent's Word Studies in the New Testament, Romans 5:17 [3] Vincent's Word Studies in the New Testament, Romans 5:17 [4] Nuestra palabra “cosas” no tiene equivalente en el griego. Tampoco necesariamente indica el género neutro que el sujeto es un objeto como en español. Cuando los traductores agregan nuestra palabra “cosas” en contextos que claramente refieren principalmente a personas y no a objetos inanimados, tomo la libertad de tachar la palabra “cosas” para mantener el enfoque en las personas y no los objetos inanimados. [5] De Young says: “One needs merely to be born to be in Adam and under judgment; but one needs to be born again to be in the kingdom of Christ (John 3:5-8).” p.213
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